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«Antes tenía picos muy buenos y otros bajos y he mejorado en la regularidad»

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Egoi Martínez

Corredor de Euskaltel Euskadi

El de Etxarri Aranatz ha sido el mejor vasco en la clasificación general, un noveno puesto al que da tanto valor como a sus cuatro días de líder. Acabó ayer la Vuelta feliz por su actuación personal, pero también por el ambiente de compañerismo vivido en el seno de Euskaltel y porque a partir de hoy empiezan las vacaciones que le permitirán estar con Iker, su primer hijo nacido hace mes y medio.

Joseba ITURRIA

Egoi destaca que en la Vuelta ha encontrado una regularidad en su rendimiento que le ha permitido estar muy cerca de los mejores en las etapas de montaña y acabar noveno.

¿A qué da más importancia, a los días de líder o al noveno puesto?

A las dos cosas. Para mí la crono de Navacerrada ha sido muy importante, cómo conseguí mantener la tranquilidad para acabar entre los diez. Además el amarillo fue superespecial porque estaba cerca de casa, vinieron mi hijo y mi mujer y todo hizo que fuera extraordinario. Aquello tuvo más repercusión que el noveno puesto y me sabe tan bien por aquello. Es algo grande para mí. Tras vestir cuatro días de amarillo y acabar entre los diez primeros en una Vuelta, esto me llena de satisfacción. Estoy encantado.

¿Quizás sea más difícil acabar entre los diez primeros que ser líder, aunque fuera tras los Pirineos?

Para mí todo es difícil y cuando andas bien llegan las dos cosas, y las dos son meritorias. Vestir de amarillo es muy complicado y buena prueba de ello es que ha sido el primer liderato en una grande de Euskaltel. Eso te hace ver lo complicado que es y además lo mantuvimos cuatro días con un trabajo perfecto, con una ilusión terrible. Fue una semana preciosa. Y acabar noveno a nivel persona es satisfactorio, porque he visto que puedo pelear por una general de una gran vuelta.

Ha acabado en el noveno puesto tras estar muy cerca de los mejores en las etapas de montaña...

Para mí es un punto más de confianza. He estado en todas las etapas en mi sitio. He sido regular y he llegado todos los días a uno o dos minutos, menos en el Angliru, porque este puerto no me va con unas pendientes que me hacen daño. Además ese día con la caída de Igor Antón me vine abajo al saber que se había roto la clavícula y por todo ahí perdí siete minutos. En todas las demás etapas llegué del diez al quince.

¿Piensa que de, no haberse caído Igor, moralmente habría estado mejor y acabado más arriba?

No me gusta cambiar nada. Estoy supersatisfecho de todo lo que ha pasado. Ese día podía haber perdido menos de esos siete minutos, pero otro día podía perder más. Estoy muy contento conmigo mismo y con el equipo, con los compañeros. Ha sido fantástico el compañerismo que he visto en mis compañeros, con su voluntad de ayudar y mantener la ilusión hasta el último día para ver si Koldo podía redondear la Vuelta.

¿En ausencia de los líderes, se ve el valor del equipo al meter tres ciclistas entre los quince en etapas como San Isidro y Navacerrada?

Es importante que falten las grandes estrellas del equipo, los más ganadores como Samuel e Igor, y el resto hayamos sido capaces de dar un paso hacia adelante en el rendimiento y en la imagen. Nos confirmamos como un equipo potente.

¿Su noveno puesto tiene mayor valor porque la gran mayoría de los que han estado por delante no han disputado el Tour?

Sí es más difícil porque en la última semana a nivel mental y físico te vienes más abajo. El Tour pesa en las piernas, pero setiembre se me ha dado bien desde que era aficionado y tengo que estar contento de cómo he acabado la Vuelta con una buena cronoescalada el penúltimo día.

Su primer hijo, Iker, nació el 2 de agosto y su actuación demuestra que ha mantenido la concentración en la bicicleta pese a todo.

A veces me viene bien, porque en la bici soy de los que da demasiadas vueltas a las cosas. Este mes he disfrutado como un enano con el crío, pero estoy en un equipo que ha ido por el camino de la profesionalidad, de estar encima de los corredores. Y eso hace que sea difícil despistarte. Hemos realizado muchos entrenamientos de equipo en agosto y viene bien, porque son fechas en las que cuesta entrenarse, la cabeza empieza a pensar en el final de temporada. La alegría de ser padre, el buen momento familiar y el equipo me han mantenido alerta.

Además de su actuación en la Vuelta, ha cumplido en sus otros dos objetivos en la Vuelta al País Vasco y en el Tour, donde sólo le faltó la etapa... ¿Eso le ayuda a mirar al futuro de otra forma?

De ganar la etapa del Tour habría sido un año redondo, pero mi balance de la temporada ha sido muy positivo. He estado a un nivel muy bueno en los tres objetivos más importantes del equipo y eso es muy positivo. Pero ahora no pienso en el año que viene, sólo quiero disfrutar del invierno. Pero sí he dado un paso en la regularidad. Antes tenía picos muy buenos y otros bajos y este año he sido bastante regular. Con este nivel estoy supersatisfecho. No soy un corredor de los elegidos, pero este nivel es muy bonito y me gustaría mantenerlo en el futuro.

 
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