La película de los hermanos Joel y Ethan Coen es una enorme sátira sobre los largometrajes de espías protagonizada por unos grandes actores-payasos. La cinta cuenta con un reparto excepcional: George Clooney, Frances McDormand, Brad Pitt y John Malkovich.

Es el caso de Malkovich, para quien es más fácil encontrar al idiota que lleva dentro porque «es mi sombra». En ese sentido, matizó que los hermanos Coen, que tienen a sus espaldas más de una docena de películas entre las que se encuentran «The Ladykillers» y «No es país para viejos», escribieron «el papel de un idiota pensando en todos, porque todo el mundo tiene un idiota dentro, que además va creciendo».

Calurosa acogida

«Burn after reading» se presenta dentro de las Perlas de Zabaltegi, avalada por el éxito cosechado en los festivales de Venecia y Toronto. Durante la presentación de la cinta, el actor estadounidense se llevó una gran ovación.

«Siempre me sorprende que la gente no me tire cosas», afirmó el intérprete con una media sonrisa para añadir que el público de Donostia es el más cálido que ha encontrado en mucho tiempo. Se mostró extremadamente tímido y escondió esa timidez bajo una chaqueta de colores chillones. No obstante, transmitió su alegría por estar en Zinemaldia para promocionar una película en la que ha estado encantado de trabajar ya que siempre había admirado el trabajo de Joel y Ethan Coen, a quienes calificó de «tremendamente brillantes e inteligentes».

Los dos hermanos escribieron un papel expresamente destinado para él y, tras leer el guión, aceptó de inmediato el proyecto, ya que también le apetecía trabajar con los otros actores implicados.

Malkovich consideró que el resultado del film ha sido una comedia sobre el peligro de los sueños, y que muestra que hay mucha gente en el mundo «que son tan estúpidos como para no ver lo tontos que son».

Ese aspecto queda representado en los personajes de McDormand y Pitt, que no saben ni siquiera lo que es un secreto de Estado; el de Clooney, que piensa que un absurdo invento de una silla-consolador le puede cambiar el mundo o el suyo, un analista de la CIA despedido y despechado.

«Mi personaje piensa que va a escribir unas memorias al estilo de Tom Clancy y que se va a hacer famoso y millonario», pero «no se da cuenta de que es tonto, no tiene historia que contar y no sabe cómo escribir», explicó Malkovich.

Ese papel, el de Osborne Cox, le ha llevado a desplegar una visión cómica que ha dejado ver poco en el cine y que hasta ahora había sacado principalmente en el teatro, aunque no por propia elección , según matizó.

«Sólo puedes hacer lo que la gente te pide hacer», explicó sobre el hecho de que en su carrera cinematográfica haya pocas comedias. «Me han visto de muchas maneras y yo no soy de ninguna de ellas. Pero tienes que hacer lo que te dejan».

A pesar de todo, tampoco mostró un deseo concreto sobre un papel que le gustaría interpretar y que no le hayan ofrecido, ya que tiene a sus espaldas una larga carrera con dos nominaciones para los Óscar.