Doble atentado de ETA en Gasteiz y Ondarroa
ETA causa grandes destrozos en el cuartel de la Ertzaintza de Ondarroa y en la sede de Caja Vital en Gasteiz con dos coches-bomba
En un espacio temporal de poco más de cuatro horas dos coches bomba causaron grandes destrozos en la sede corporativa de Caja Vital, inaugurada hace apenas un año, y en la comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa. La primera explosión se produjo tras una llamada en nombre de ETA, mientras que en el ataque a la Policía autonómica no hubo aviso previo. El consejero de Interior consideró este atentado como «uno de los más duros» en los últimos tiempos.
GARA | GASTEIZ
La comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa y la nueva sede corporativa de Caja Vital en Gasteiz sufrieron importantísimos daños tras la explosión de sendos coches bomba en la noche del sábado al domingo, cada uno cargado con unos cien kilos de explosivos, según citaron fuentes policiales. El atentado de la localidad costera, además, causó diez heridos, seis de ellos ertzainas, aunque ninguno de los afectados lo fue de gravedad.
Al cierre de esta edición sólo permanecían hospitalizados un policía autonómico, con pronóstico «reservado», que había sido alcanzado por la metralla en el cuerpo y tenía también roto un tímpano y una fractura en una mano, y una chica de quince años que fue intervenida en el hospital de Cruces para revisar y reparar una fractura en los huesos del cráneo, y se hallaba ingresada con pronóstico «menos grave».
La primera de las explosiones se produjo en torno a la medianoche, en el barrio gasteiztarra de Salburua, donde la entidad financiera alavesa tiene su nueva sede corporativa, el Edificio Vital, que fue inaugurado hace apenas un año. Según difundieron las agencias, una llamada telefónica en nombre de ETA alertó a la Policía local de Gasteiz, sobre las 23.15 de la noche, de que iba a explosionar un coche bomba tres cuartos de hora después, tal como sucedió. Al parecer, la llamada avisando en nombre de la organización armada se realizó desde una cabina de Galdakao.
Se escuchó en todo Gasteiz
La explosión fue muy potente, y pudo escucharse desde todos los puntos de Gasteiz. Causó grandes daños en el edificio, especialmente en la parte delantera, rompiendo prácticamente todos los cristales del inmueble, falsos techos, paneles y varias láminas de acero, aunque al parecer la estructura no resultó afectada. Un coche aparcado en las inmediaciones también resultó dañado.
No se produjo ningún herido, ya que los vigilantes de Caja Vital tuvieron tiempo de ser evacuados. También fueron desalojados los clientes de un restaurante situado en la zona.
El edificio de la caja de ahorros está aislado, sin viviendas alrededor, flanqueado por los árboles y juncos del humedal de Salburua, y por otra parte, por el pabellón donde juega el Tau Baskonia, a cuya entrada fueron a parar algunas partes del vehículo. Un amplio perímetro en torno al lugar donde explotó el coche bomba permaneció acordonado desde el momento del aviso hasta bien entrada la jornada del domingo, y decenas de agentes de la Policía autonómica estuvieron recogiendo partes del coche a fin de hallar pruebas.
Si bien la subdelegada del Gobierno español en Araba, Gloria Sánchez, que se desplazó a la zona a primera hora de la mañana, aventuró que la bomba estaba compuesta por unos ochenta kilos de explosivos -habló concretamente de 82-, horas después fuentes de la investigación elevaron esa cantidad hasta el centenar de kilos.
Sánchez, citando a la Ertzaintza, explicó que el coche utilizado en el atentado, un Renault Clío, había sido aparcado a unos metros de la entrada principal, y señaló que el muro que rodea el edifició absorvió parte del efecto de la explosión. Los daños, en cualquier caso, fueron muy cuantiosos.
Fuentes de la Policía autonómica señalaron asimismo que el coche utilizado no consta como robado, aunque no descartaban que el vehículo hubiera sido sustraído sin que el dueño lo hubiera denunciado todavía. Otra de las hipótesis con la que estarían trabajando sería la de que se tratara de un coche de alquiler. Los policías, además, están analizando las imágenes obtenidas por las cámaras de seguridad instaladas en el edificio, para obtener datos sobre los autores de la acción.
Al lugar de los hechos se desplazaron numerosos dirigentes políticos e institucionales, como el secretario general del PSE, Patxi López; la consejera de Industria, Ana Agirre; y el alcalde de Gasteiz, Patxi Lazcoz, además del presidente de la entidad financiera alavesa, Gregorio Rojo, hermano del presidente del Senado español, Javier Rojo. Todos ellos condenaron el atentado y lanzaron duras palabras contra ETA.
Atentado «de los más duros»
También en Ondarroa hicieron acto de presencia numerosos portavoces y dirigentes políticos, entre ellos el consejero de Interior de Lakua, Javier Balza, quien dio detalles del atentado contra la comisaría que la Ertzaintza tiene en la calle Zaldubide de esta localidad. El responsable de la Policía autonómica señaló que esta segunda bomba también estaría compuesta por unos cien kilos de explosivo.
El estallido pudo oirse, además de en todo el pueblo, en localidades vecinas como Ispaster y Lekeitio. La potencia de la explosión fue tan fuerte que arrancó de cuajo un arbol y una valla cercana a la comisaría, y los restos del coche-bomba cayeron a la ría Artibai, cuyas aguas discurren paralelas al edificio. Buceadores de la Ertzaintza estuvieron sumergidos durante toda la mañana para sacar a la superficie lo que quedaba del vehículo, un Peugeot 307.
Según Balza, los autores de la acción, cruzaron en la carretera el coche en el que circulaban, en torno a las 4.30 horas de ayer, con la parte del maletero apuntando hacía la comisaría, y salieron del vehículo. Una vez en el exterior, y antes de abandonar el lugar, habrían lanzado dos cócteles molotov al edificio policial para, siempre según la versión del consejero autonómico, hacer salir a los ertzainas que se hallaban en el interior.
Partiendo de esta tesis, Balza sostuvo que la intención de los autores del atentado era «cometer una masacre» y acabar con la vida del mayor número de policías posible.
Los ertzainas, sin embargo, siguiendo las normas de autoprotección habrían salido al exterior por la parte trasera.
El consejero de Interior, a este respecto, comparó esta acción con el atentado del pasado 14 de mayo contra un cuartel de la Guardia Civil en Legutio, que se saldó con la muerte de un agente del instituto militar, y consideró que se trata de uno de los atentados «más duros» de ETA en los últimos años.
Además de Balza estuvieron presentes en el lugar del atentado el presidente del PNV, Iñigo Urkullu; el secretario general del PSE en Bizkaia, José Antonio Pastor; el portavoz de la Presidencia de Ezker Batua, Mikel Arana; y el presidente de la Gestora que gobierna Ondarroa tras la ilegalización de las listas de la izquierda abertzale, Félix Aranbarri. Esta gestora, copada por el PNV, ha convocado hoy un pleno extraordinario para condenar el atentado.
La comisaría, que había sido objeto de varios sabotajes en los últimos años y que, por esta razón, había reforzado sus medidas de seguridad, resultó muy dañada a causa de la explosión, y a primeras horas de la mañana en la fachada eran visibles unos enormes boquetes, además de otros destrozos.
Al otro lado de la ría, en la calle Iñaki Deuna, la onda expansiva también afectó a varias viviendas, vehículos y comercios, a pesar de estar situados a más de un centenar de metros.
Nueve coches bomba
Con los de anoche en Gasteiz y Ondarroa, que se produjeron apenas cuatro días después de que un policía español encontrara una bomba-lapa adosada a su coche en Basauri, ETA ha realizado ocho atentados con coche bomba tras la ruptura de la tregua en junio del año pasado, tanto en Euskal Herria como en otros puntos del Estado, la mayoría contra instalaciones policiales o militares.
Así, en la madrugada del 24 de agosto de 2007 un coche bomba contra la casa cuartel de Durango causó grandes daños materiales y dos guardias civiles heridos. Dos días después explotó una furgoneta en Cuevas de Vinroma (Castelló).
El 9 de setiembre, artificieros de la Policía española desactivaron un coche bomba cargado con 61 kilos de explosivo frente a la sede del Ministerio de Defensa español en Logroño.
El 28 de marzo de este año, un potente coche bomba estalló junto al cuartel de la Guardia Civil de Calahorra, causando importantes daños materiales. El 14 de mayo, el guardia civil Juan Manuel Piñuel resultó muerto, y otros cuatro agentes sufrieron heridas de consideración, tras explotar una furgoneta bomba en el cuartel de Legutio, que resultó totalmente destrozado y tendrá que ser demolido.
Cinco días después, otro coche bomba estalló junto al Club Marítimo El Abra, en el paseo marítimo de Getxo, originando importantes daños materiales en el inmueble.
Situado junto al humedal de Salburua y a unos metros del pabellón del Baskonia, la sede corporativa de la Caja Vital que fue ayer objeto de atentado está a apenas un kilómetro de distancia de la Academia que la Ertzaintza tiene en Arkaute.
El consejero de Interior de Lakua, Javier Balza, afirmó que los autores del atentado de Ondarroa, después de salir del coche y antes de marcharse del lugar a pié, lanzaron dos cócteles molotov contra la comisaría de la Ertzaintza.
La explosión de Ondarroa fue tan potente que, además de arrancar de cuajo un árbol y una valla, lanzó por los aires el coche bomba, que cayó a la ría Artibai. Buzos de la Ertzaintza estuvieron toda la mañana tratando de sacarlo a la superficie.
El Edificio Vital es una moderna construcción, cuya base es el acero y el cristal, que fue concebida para ser la joya de la corona de la entidad financiera alavesa. Su presidente, Gregorio Rojo, hermano del presidente del Senado español, Javier Rojo, y que pasó de dirigir la caja de la mano del PP a dejarse acompañar por el PNV, no ocultó ayer su enfado por el atentado. Fue uno de los primeros en acercarse a la zona en la que se produjo la explosión.
Está situado a escasos metros del pabellón y la ciudada deportiva del Baskonia, junto al humedal de Salburua, un entorno de alto valor natural que poco a poco está siendo asfixiado por las nuevas edificaciones, y a un kilómetro escasos de la Academia de la Ertzaintza en Arkaute.
El edificio, diseñado por los arquitectos Javier Mozas y Eduardo Aguirre, fue inaugurado hace un año, concretamente el 26 de setiembre de 2007, y a la inauguración asistieron, junto a numerosos representantes políticos e institucionales, los Principes de Asturias, hijo y nuera de los reyes españoles.
Es, según explican los entendidos, un edificio futurista, con una estructura quebrada en forma de H, y una fachada de más de cien metros de acero y de cristal. Uno de sus elementos más característicos son los 88 pilares metálicos que rodean todo el inmueble.
«Ha sido un ataque al corazón de la caja, de todos los vitorianos y todos los alaveses» valoró todavía en la noche del sábado Rojo. Sus palabras fueron secundadas a la mañana siguiente por el alcalde de Gasteiz, Patxi Lazcoz. A su parecer, el de la noche del sábado «no es un atentado contra un poder económico o una entidad financiera, sino contra el corazón de los vitorianos y alaveses». «Creo que no hay una sola familia alavesa en la que no haya una cartilla de ahorro de Caja Vital y, por tanto, también es un atentado contra el conjunto de la sociedad alavesa y vitoriana», insistió el primer edil vitoriano e, incluso, argumentó que esta entidad «es uno de los músculos económicos que ha permitido mantener proyectos empresariales y puestos de trabajo en momentos complicados».
Kutxa y BBK expresaron su apoyo a la entidad alavesa, lo mismo que Confebask. La patronal quiso destacar «la importante labor que para el conjunto de la sociedad realizan los colectivos a los que el terrorismo ataca, entre ellos el propio colectivo empresarial, que como hoy en el caso de la Caja Vital, dedican su responsabilidad y compromiso a la modernización y desarrollo socioeconómico de Euskadi y al bienestar de todos».
Desde Caja Vital remitieron una nota en la que, además de condenar el atentado de Gasteiz y el de Ondarroa, asegura que la sede estará operativa a partir de esta mañana.
El atentado de la localidad costera es el segundo contra una comisaría de la Ertzaintza tras la ruptura de la tregua. El 25 de setiembre de 2007, ETA atentó contra el edificio policial de Zarautz, con una mochila cargada con cinco kilos de explosivo.