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ATENTADOS EN EUSKAL HERRIA Y CANTABRIA

El tercer coche-bomba de ETA en 24 horas causa la muerte a un militar en Santoña

Un brigada del Ejército español que se encontraba de vacaciones en la residencia militar de Santoña es la tercera víctima mortal de ETA en 2008, tras el tercer coche-bomba de gran potencia colocado por esta organización en apenas 24 horas. Según los datos oficiales, la deflagración se produjo 37 minutos después de recibir la primera llamada de aviso (luego hubo una segunda) y cuando la zona había sido acordonada en un perímetro de 500 metros.

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GARA | DONOSTIA

Cuando aún no habían pasado siquiera 24 horas desde las explosiones de Gasteiz y Ondarroa, un tercer coche-bomba colocado por ETA acabó con la vida de un brigada del Ejército español en la madrugada de ayer. Luis Conde de la Cruz se encontraba de vacaciones en la residencia militar de Santoña que fue el objetivo del ataque.

Las circunstancias exactas de la muerte no se detallaron de modo oficial. Se sabe que el automóvil cargado con explosivos había sido colocado ante el Patronato Militar de Santoña y que era de gran potencia, aunque los daños provocados al edificio no fueron grandes, a excepción de la verja de entrada. El militar se encontraría junto al vehículo tras el desalojo.

Como ocurrió en el atentado contra la sede central de Caja Vital en Gasteiz, antes del estallido se produjo un aviso previo en nombre de ETA, concretamente a las 0.23 en la sede de la DYA de Donostia. Según ETB, en la misma (al parecer un mensaje grabado) se precisó que la explosión se produciría a la 1.00, como ocurrió.

Para entonces, en un primer momento se informó de que la zona había sido acordonada por la Guardia Civil y la Policía Local en un radio de 500 metros en torno a la calle Almirante Carrero Blanco, en la que se ubica esta residencia militar. También se anunció que había sido vaciado el anexo Paseo Marítimo de la localidad cántabra.

Los primeros teletipos confirmaban que el edificio había sido desalojado a tiempo y apuntaban que aparentemente no se habían producido heridos, pero poco después se anunciaba la muerte del brigada, que habría sido alcanzado de lleno por el impacto.

Algunas emisoras de radio indicaron a lo largo del día que Luis Conde de la Cruz estaba volviendo a su coche para recoger algún objeto después de trasladar a su esposa a un lugar seguro, aunque la información oficial eludió entrar en detalles.

Entre medio se había producido una segunda advertencia telefónica, en este caso en la sede de la propia Policía Municipal de Santoña en torno a las 0.50. Tras producirse el estallido, la agencia Efe indicaba a partir de fuentes de este cuerpo que «hay bastantes destrozos en el lugar, aunque al parecer no se han producido heridos».

Poco después se daban a conocer más datos sobre heridos, entre los que había militares y también transeúntes, en su mayor parte atendidos por crisis nerviosas y ataques de ansiedad, o por haber sufrido algunos rasguños.

No era el caso de dos personas que seguían hospitalizadas ayer tarde. La más grave, aunque en situación «estable», era una mujer de 70 años a la que se diagnosticó un «hematoma cerebral con signos de sangrado activo». También está convaleciente un militar de 46 años ingresado con fractura de fémur, que será operado hoy en el Hospital de Laredo. Fue identificado como José Manuel Martín de Andrés, capitán del Ejército destinado en Zaragoza.

Revilla: «Escenario de guerra»

Uno de los primeros en acudir al lugar fue Miguel Angel Revilla, presidente de Cantabria, que incidió también en que se había desplazado sin conocer si existía algún tipo de víctima. Al llegar se encontró con que sacaban el féretro con el cadáver del brigada del Ejército.

Según las primeras valoraciones, el vehículo contenía unos 80 a 100 kilos de explosivo, es decir, una cantidad similar a la utilizada la madrugada anterior en Gasteiz y en Ondarroa. La explosión dejó un socavón de metro y medio y provocó daños materiales en la residencia y en algunas viviendas anexas. Algunos fragmentos del coche-bomba fueron desplazados a unos 400 metros del lugar. La detonación se escuchó a unos seis kilómetros de distancia.

Como hizo el consejero de Lakua Javier Balza tras la explosión de Ondarroa, Revilla subrayó que podrían haberse produ- cido situaciones «terribles», en concreto «decenas de muertos», y definió el estado de la calle como «escenario de guerra». Dijo como dato que la víspera había habido en la residencia unas 300 personas.

El brigada muerto, que se encontraba en Santoña con su mujer y su hijo, iba a volver hoy a Segovia. Era militar desde los 18 años (ahora tenía 45). Las agencias apuntaron que su hijo también cursa estudios en la Academia de Artillería para incorporarse a la Armada como sargento. Será enterrado hoy.

Nada más amanecer pusieron rumbo a Cantabria los ministros de Interior y Defensa, Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón respectivamente, para visitar a la viuda del brigada y al militar herido. Acudieron también a la zona en que se produjo el atentado, acompañados del jefe del Estado Mayor del Ejército, Fulgencio Coll. Allí, Rubalcaba hizo su valoración.

Rubalcaba habla de «debilidad»

El titular del Ministerio del Interior se hizo eco de las voces de políticos y medios que ligaron estos atentados con la oleada de ilegalizaciones de organizaciones independentistas ocurridas en los últimos días. Rubalcaba admitió que se había contemplado la posibilidad de una «demostración de fuerza» por parte de ETA durante estos días, pero prefirió situar estas acciones como lo contrario: una señal de «debilidad».

«A veces la debilidad se expresa con estos atentados enloquecidos -argumentó-; cuando ETA tiene estos contratiempos suele hacer una barbaridad».

No obstante, otros políticos optaron por desligar ambas cuestiones. Sobre todo se esforzaron en ello desde el PP. El presidente de UPN y del Gobierno navarro, Miguel Sanz, trajo a colación que los atentados no deben situarse como respuesta al Estado porque «antes ya han cometido otros asesinatos, incluso cuando había abierto un proceso de negociación».

En una línea similar, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, indicó al resto de partidos que a ETA hay que trasladarle «mensajes de falta de esperanza».

En esta línea, Rubalcaba puso el acento en que el futuro para sus activistas es «la cárcel», como hizo la víspera el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, al afirmar que «su único destino es la cárcel, el de todos ellos».

La ministra de Defensa, Carme Chacón, valoró por su parte que el de ayer era «un día de dolor para toda la sociedad española y especialmente para las Fuerzas Armadas», pero quiso matizar a continuación que «no doblegarán nuestro ánimo ni el Estado de Derecho».

Hijo: «a ver si para»

El hijo del fallecido se dirigió al Gobierno en estos términos: «A ver si puede parar esto para que dejen de morir personas inocentes por causas que no comprendemos».

TAMBIÉN un BANCO

A las condenas habituales se les sumó esta vez la del Consejo de Administración del Banco de Santander, cuyo presidente, Emilio Botín, leyó una declaración especial por «tan terrible pérdida».

DUELo DEL REY

Juan Carlos I pidió un minuto de silencio en uno de los actos durante su visita de ayer a Nafarroa. Antes había telefoneado a la ministra de Defensa para mostrar su dolor.

«golpe tremendo»

El teniente general Virgilio Sañudo, jefe de la Fuerza Terrestre del Ejército español, definió el atentado como «un golpe tremendo» y habló del «gran dolor y repulsa» de toda la institución militar.

Izquierda abertzale: «Ni reprimir ni perpetuar el marco van a solucionar el conflicto»

La izquierda abertzale calificó todos los acontecimientos de los últimos días de «reveladora imagen de la crudeza del conflicto político que vivimos en Euskal Herria» y añadió que «evidencian la necesidad de abordar con urgencia la solución mediante el establecimiento de un escenario democrático, basado en la libertad y en el respeto de los derechos de este pueblo».

Tras aludir al final del proceso negociador, la nota añade que ahora el Estado español, «comandado por el PSOE, está profundizando en la dirección opuesta. Se puede decir más alto pero no más claro: no hay más sujeto de decisión que el pueblo español, y todo aquel que no acepte la Constitución española quedará fuera de la ley. O lo que es lo mismo, no hay posibilidad no ya de materializar, sino ni siquiera de defender ningún proyecto político que no sea el de la unidad de España. Curiosa democracia ésta que niega cualquier sujeto de decisión que no sea el del pueblo español y que impone la aceptación de un proyecto político concreto bajo pena de ilegalización, detención tortura y cárcel». Parafraseando lo que dijo el domingo el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, la izquierda abertzale resalta que «hace tiempo el PSOE ha hecho suya la máxima del PP de `todos a la cárcel'».

Ahondando en ello, constata que «en Euskal Herria no hay democracia. Es una falacia que puedan defender todos los proyectos políticos por vías políticas y democráticas». Denuncia que ahora «todas las miradas vuelvan a dirigirse a la izquierda abertzale en forma de interpelaciones y peticiones de condena» y censura «la hipocresía de la inmensa mayoría de la clase política».

«Lo repetimos. Todos los elementos siguen encima de la mesa -añade- Ni la represión ni los intentos de perpetuar el actual marco negador de derechos mediante la redición de nuevos fraudes políticos va a solucionar el conflicto. Sólo un acuerdo político que instale en Euskal Herria un marco democrático puede hacerlo». Añade que el Estado español «se volverá a equivocar» si insiste en la represión y promete, por su parte, «actuar con responsabilidad política y seguir trabajando para que se respeten los derechos de Euskal Herria y de todos y todas sus ciudadanas».

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