El sindicato LAB denunció ayer la falta de «voluntad política» para normalizar el uso del euskara en las distintas administraciones públicas. Ni los planes presentados por el Ejecutivo de Lakua ni el borrador elaborado por el Gobierno de Nafarroa para valorar la lengua vasca en las oposiciones sirven, en su opinión, para euskaldunizar la administración.

Según criticó la secretaria de euskara del sindicato, Aitziber Madrazo, las iniciativas planteadas para la normalización «son un engaño, ya que se quedan en meros trámites».

Madrazo censuró la falta de responsabilidad por parte de los representantes políticos para poner medios eficaces y denunció que, «al igual que ocurre en la actualidad, todas las administraciones seguirán funcionando en castellano, de seguir por este camino».

La secretaria de la Federación de Servicios Públicos de LAB, Arantza Sarasola, por su parte, dio cuenta de las «pruebas» que demostrarían la falta de implicación del Gobierno de Lakua para normalizar el euskara en la administración.

Sarasola señaló que el punto de partida del IV Plan de Euskaldunización presentado el pasado 1 de julio es «falso». Según declaró, aunque el Ejecutivo autonómico valoró positivamente los planes anteriores, la realidad es bien distinta. «En el primer plan tan sólo se concretaron los perfiles lingüísticos, y en los otros dos no han hecho nada más. Son meros fantasmas. Si quieren engañarse, allá ellos, pero que no traten de hacerlo con los demás», criticó.

La portavoz de LAB denunció también el «doble discurso» del Gobierno de Lakua, ya que «mientras la viceconsejería para la política lingüística habla continuamente sobre la normalización del euskara, el resto de administraciones no lo tienen en consideración».

Planes sin concreciones

Sarasola destacó que los resultados de los planes de normalización del euskara nunca han sido negociados ni acordados con los organismos que trabajan en el ámbito de la euskaldunización ni con los representantes de los trabajadores. «Siempre nos han informado cuando ya han sido aprobados, y creemos que no impulsan la participación porque se les pedirían cuentas sobre el cumplimiento de los planes, y eso es lo que quieren evitar», indicó.

Asimismo, criticó que no afecta a los responsable políticos ni a las empresas públicas, y que tampoco tiene objetivos concretos ni los pasos a dar. Por ello, consideró que «son palabras huecas». En este sentido, aseguró que desde la aprobación en 1982 de la Ley del Euskara se ha mejorado «poco» por la falta de «voluntad política», que ha demostrado que los planes acordados son «trámites que tienen que hacer».

Para la representante de LAB, si la situación del euskara ha mejorado en algo en la administración no ha sido gracias a estos planes, sino a la sensibilización que ha habido en la sociedad vasca. «Los trabajadores se han esforzado y su compromiso militante con el euskara ha sido fundamental en esa mejoría», señaló.

Sarasola consideró que uno de los fallos más graves del plan de Lakua es que no concreta que todos los trabajadores que entren en la administración sepan euskara, porque «ese punto de inflexión es necesario», ya que, si no, «se retrasa» el proceso de euskaldunización.

Por último, denunció que en las administraciones forales y locales se repite la escasa voluntad para cumplir los planes presentados, y destacó la situación en Osakidetza, donde hasta 2003 no se puso en funcionamiento ningún plan y se están haciendo «trampas» para no ponerlo en práctica. En cambio, valoró de forma positiva que los municipios que forman parte de UEMA han dado pasos firmes para la euskaldunización.