Mapuches de Chile anuncian el inicio de la lucha armada contra la militarización
GARA |
La Coordinadora mapuche de las comunidades de Arauko y Malleco ha anunciado a través de un comunicado el inicio de la lucha armada «contra las fuerzas militares chilenas apostadas en territorio mapuche, que en el último tiempo han atacado y allanado nuestras comunidades en conflicto en diferentes sectores del Wallmapu».
Asume, además, el ataque registrado a las dos de la madrugada del pasado día 18 en la zona conocida como Lleu Lleu contra el Campamento El Guairao, «propiedad de Forestal Mininco y donde hay apostado un destacamento de Fuerzas Especiales de Carabineros».
«Esta acción fue llevada a cabo por una columna de 12 personas que irrumpieron armadas con escopetas y armas cortas emboscando el campamento en su totalidad, cuyos efectivos no alcanzaron a repeler el ataque», resalta. Insiste en que esta acción «obedece a la voluntad de resistencia de nuestras comunidades, que se han enfrentado a la represión de forma decidida e, inclusive armada, en Vilkun, Temucuicui, Chol Chol, Choque, Tranaquepe y Las Huellas. Es también una respuesta concreta a la militarización de nuestro territorio y a las inversiones capitalistas en Wallmapu».
La situación en Argentina
Los mapuches se extienden por Argentina, donde viven tres millones, y Chile, que cuenta con una comunidad de medio millón. La tierra, amenazada por las transnacionales y las minas de oro, es uno de los elementos sagrados de los mapuches, con la que han convido en armonía durante 12.000 años. En una entrevista a GARA, la activista Moira Millán, residente en la comunidad de Pillán Mahiza en Argentina, denunció la situación de los mapuches en aquel país y los efectos devastadores de «esta sociedad de consumo».
«La tierra es fundamental porque es nuestro espacio identitario, un espacio sagrado que está en manos de las corporaciones. Las minerías quieren dinamitar las montañas para sacar el oro; las petroleras provocan derrames y contaminación. En Patagonia quieren construir empresas que inundarán 11.000 hectáreas. El problema es que la inseguridad sobre nuestra vida está latente todo el tiempo porque, mientras haya gente que compre oro, habrá minerías. La que determina la destrucción de la naturaleza es esta sociedad de consumo», manifestó.