El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, sostuvo que los países y organizaciones multilaterales como la ONU no deben limitarse a condenar mediante resoluciones, sino que deben unirse y actuar. En su intervención ante la reunión anual de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, subrayó que «el terrorismo mata deliberadamente, muestra desprecio hacia todos los que respetan la dignidad humana, rechaza las palabras de la Biblia y el Corán, y pone en peligro los valores de la justicia y la dignidad humana».

Erigiéndose en amo protector del mundo, afirmó que tienen «la responsabilidad de resolver los problemas antes de que se difundan por todo el mundo».

Bush puso en el punto de mira a Irán y Siria, países a los que acusó de «patrocinar el terrorismo», si bien, resaltó que «cada vez están más aislados».

Justificando las múltiples intervenciones estadounidenses, opinó que «cuando a la gente se le da la posibilidad de elegir, elige la libertad». En esa línea, defendió la ocupación de Afganistán, donde «se trabaja para superar décadas de tiranía».

En cuanto a Irak, subrayó que «la lucha ha resultado difícil pero la vida cotidiana ha mejorado en los últimos veinte meses gracias al aumento de las tropas estadounidenses».

Aunque en noviembre dejará la Casa Blanca, no quiso perder la oportunidad de fijar futuros objetivos, entre ellos, Oriente Próximo, Myanmar y Sudán. Así, urgió a los dirigentes mundiales a aprobar sendas resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte e Irán.

Bush también tuvo que escuchar las fuertes críticas de la presidenta argentina, Cristina Fernández. «Ese país -en alusión a EEUU- tiene problemas a partir de una economía de casino que se ha creído que el capitalismo sólo puede producir dinero». «A América del Sur se nos dijo que el mercado todo lo solucionaba, pero se produce ahora la intervención estatal más fuerte desde donde se nos dijo que el Estado no era necesario», manifestó. Al igual que Brasil, Argentina reclamó la reforma de la ONU para hacer un mundo «más seguro». Fernández remarcó que América del Sur ha dado ejemplo de cómo se construye el multilateralismo, citando la reciente cumbre de Unasur, en la que se aprobó por unanimidad una resolución de apoyo a Bolivia y Evo Morales.

Precisamente, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, ha convocado para hoy en Nueva York una nueva reunión de Unasur para analizar el desarrollo de la crisis en el país andino.

Otro de los puntos que centró la apertura de la Asamblea fue África. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dio un tirón de orejas a los países más desarrollados, a quienes emplazó a cumplir sus compromisos con este continente. «Necesitamos más telas mosquiteras contra la malaria, se debe mejorar la salud materna y tenemos que asegurarnos de que cada niño tiene acceso a una educación primaria gratuita», subrayó.

Objetivos básicos que están muy lejos de cumplirse. Ban constató que ayudar a los países africanos a cumplir los Objetivos de Desarrollo Milenio costará una media anual de 72.000 millones dólares, «cifra que parece desalentadora pero que es asequible y se circunscribe a los actuales compromisos».