En agosto tenía pie y medio fuera de la Real -sus compañeros incluso intercedieron para que pudiera entrenar con ellos-, en el primer partido de Liga ya pudo saltar al campo, aunque fuera por un par de minutos, y el domingo fue titular en el Rico Pérez. En unas pocas semanas, las cosas han cambiado mucho para Diego Rivas que, no es de extrañar, reconoce ver «la luz al final del túnel».

«Estoy muy contento con cómo se está desarrollando todo -aseguró ayer-. Después de todas las historias que hubo al principio, al final conseguí integrarme en la plantilla y, como dije entonces, quiero aprovechar la oportunidad para intentar ayudar a la Real lo máximo posible para que el año que viene podamos estar en Primera. Y eso pasa por intentar hacerlo lo mejor posible en cada minuto que juegue».

Lo cierto es que al centrocampista le tocó vivir momentos duros, pero ahora «parece que ya se ve la luz al final del túnel. Estoy ilusionado, estoy contento, con muchas ganas y con mucha confianza. Pero no sirve de nada si ahora bajo los brazos y me dejo llevar. Tengo que seguir, dando más si cabe, y demostrarle a la Real, al míster y a la afición que no se equivocaron al hacer que me quedara».

En este sentido, el jugador manchego se confesó especialmente «contento» con el comportamiento de la afición txuri urdin, que le recibió con una ovación cuando, en la primera jornada de Liga, saltó al césped de Anoeta en los últimos minutos de partido. «Hasta se te pone la piel de gallina cuando entras en el terreno de juego y el público te ovaciona, te hace sentir muchas cosas por dentro. Lo único que les digo es que muchas gracias y que espero devolverles esa ovación que me dan, con trabajo y con éxitos para la Real», insistió.

En el plano puramente deportivo, y tras haber disputado su primer partido completo, Rivas aseguró haberse sentido «bastante bien», aunque lamentó que «al final nos empataran. Pero en líneas generales, acabé bastante contento».

Anoeta, un fortín

El jugador, de todos modos, prefiere pensar ya en el próximo partido. No tanto por tratarse de un derbi, sino por la importancia que, en su opinión, debe tener Anoeta en la trayectoria de la Real. «Todo éxito pasa por que hagamos un fortín de Anoeta. Si se sigue con la buena racha en casa, el equipo estará arriba todo el año».

Coincidía Jon Ansotegi, para el que «ganar en casa da mucha fuerza. El año pasado, al principio, perdimos muchos puntos que, al final, pueden determinar que subas o no».