Increíble derrota
Máximo castigo para un equipo que mereció ganar
Un golazo espectacular de Javi Casquero a cuatro minutos del final aniquiló las opciones del Athletic para ganar. Los leones fueron muy superiores y gozaron de innumerables ocasiones para sumar los tres puntos.
ATHLETIC 0
GETAFE 1
Beñat ZARRABEITIA | BILBO
Resulta complicado explicar lo sucedido ayer en La Catedral. Y es que el Athletic hizo todo lo que estuvo en su mano por ganar, pero acabó yéndose de vacío y con una enorme desilusión encima. Los rojiblancos fueron merecedor de la victoria, generaron múltiples ocasiones, imprimieron un ritmo elevado al encuentro y pusieron argumentos suficientes en todas las facetas menos cara a puerta.
Así es imposible ganar, ya que el gol es el valor supremo del fútbol y ayer sonrió a un Getafe que se dedicó a zafarse como podía de las constantes acometidas del Athletic. Sin embargo, a cuatro minutos del final, Casquero se inventó una vaselina genial que sentenció el choque.
Demasiado castigo para los leones, que ni siquiera sumaron un punto y ahora se las tendrán que ver ante el Everest que las `cabezas pensantes' de la Liga han organizado en forma de calendario. Es decir, la concatenación de partidos ante Sevilla, Barça, Madrid y Villarreal.
En el choque de ayer, aunque tardó algo en coger ritmo, ya en la primera mitad el Athletic mereció bastante más por juego y, sobre todo, ocasiones. Sin llegar a ser un martillo pilón, los rojiblancos -con un centro del campo formado por Yeste y Orbaiz en detrimento de Gurpegi y Javi Martínez- conseguían superar los tres cuartos de campo con suma facilidad y las entradas de Iraola daban mucha profundidad al juego del equipo. Arriba, Llorente era una referencia constante que lograba llevarse todos los balones aéreos.
Las oportunidades se hicieron de rogar, salvo un lanzamiento de falta de Yeste que sacó Jacobo con apuros, pero a partir de la media hora aparecieron en cascada. En ese asedio constante, Llorente en prácticamente todos los córners y Vélez tras un gran servicio de Iraola rozaron el tanto, pero la mala fortuna y el meta azulón lo impidieron. La opción más clara fue de Llorente, pero el internacional vasco falló en boca de gol. Increíble.
Víctor Muñoz se desgañitaba en la banda y sus pupilos ansiaban el descanso para coger aire y mantener intactas sus posibilidades. Para el Athletic, en cambio, llegar al intermedio suponía un engorro, ya que al no haber podido marcar, el marcador no estaba siendo justo con su fútbol. La última evidencia de ello, una jugada en la que Ion Vélez consiguió zafarse de Jacobo pero en la que su remate sin ángulo se fue al exterior de la red. Con el final de la primera parte, las reflexiones en San Mamés tenían dos argumentos principales: el Athletic puede jugar mucho mejor de lo que lo hace habitualmente y con mayor ambición. Por eso debía ir por delante en el electrónico.
Quien perdona, lo paga
La segunda parte arrancó bajo la misma tónica. Es decir, con Ion Vélez fallando una ocasión manifiesta de gol. Llegaron más oportunidades, pero los rojiblancos no atinaban de ninguna manera. Joseba del Olmo, que volvió a tener minutos con menor fortuna que ante el Valladolid, dispuso de otra ocasión muy clara, pero no logró engatillar el disparo ante Jacobo.
El cambio de Yeste, debido a unas molestias físicas, restó bastante claridad al juego rojiblanco, pero el dominio seguía siendo evidente. Los rojiblancos merecían más y Caparrós jugó la baza del debutante Iñigo. En vano, ya que todo se vino abajo con la genialidad de Casquero. Demasiado castigo para un equipo que intentó ganar a través de un juego atractivo.
En las inmediaciones del campo, la coordinadora en contra de la planta de coque que pretende instalar Petronor en Muskiz denunció que «el intento de García Macua por cuadrar las cuentas ha sido manipulado por los intereses malévolos de Josu Jon Imaz y José Luis Bilbao».
La comparsa bilbaina entregará hoy al técnico rojiblanco un original gigante de cerámica que le acredita como ganador del concurso «manda huevos» en la pasada Aste Nagusia. El utrerano fue el personaje popular que más «huevazos» recibió de quienes pasaron por la txozna.
Desilusión entre los miembros del conjunto rojiblanco que pasaron por sala de prensa. Eran conscientes de que habían hecho un gran partido, pero se iban de vacío. De hecho, hasta Víctor Muñoz, el técnico rival en la jornada de ayer reconoció «la superioridad» rojiblanca y que el premio que su equipo se llevó ayer de San Mamés resultaba «excesivo».
En el polo opuesto al satisfecho ex jugador maño estaba Joaquín Caparrós. El entrenador del Athletic hizo hincapié en que «el fútbol es definición, independientemente de como juegues. Jugar bien, jugar mal, hablar de todo eso es demagogia barata». Asimismo, el preparador rojiblanco señaló que «hemos hecho un buen partido, que hubiera sido magnífico en casa de haber marcado y ganado. Visto el resultado, nos vamos con cara de bobos, pero en otro partido tendremos menos ocasiones de gol y conseguiremos marcar».
En cuanto a los jugadores, el debutante Iñigo Vélez de Mendizabal destacó que «el equipo ha estado muy bien, hemos tenido muchas ocasiones y es increíble que el equipo se vaya en blanco». Su estreno como león -llevaba una pequeña mochila en la que guardaba las botas y una camiseta que seguro conservará como oro en paño- le dejó un sabor agridulce, ya que «estoy contento por haber debutado, tenía muchísimas ganas de hacerlo, pero al final hemos perdido el partido». Consciente de que ha pasado un verano «raro», en el que casi se va cedido al Numancia y Caparrós no ha contado mucho con él, subrayó que a partir de ahora su intención «es jugar más, el entrenador es el que tiene que decidir, yo hace mucho tiempo que estoy al mismo nivel físico que el resto».