Maite SOROA
Vuelve Ibarretxe
Ya tenemos candidato a Lehendakari. Y resulta que es... el actual. En «Deia» no ocultaban ayer su satisfacción y se relamían de gusto al recordar la polémica abierta en los últimos días y dejaban sentado que «las dudas fueron abonadas y se desarrollaron puertas afuera del propio partido, en ámbitos políticos y mediaticos muy interesados en introducir la mala hierba de la discordia entre lo que llaman las `familias' de la formación jeltzale».
Vuelo a la hemeroteca y doy con el «Deia» del viernes. Lean el titular, a cinco columnas: «Ibarretxe afronta el último pleno de política general sin despejar si optará a la reelección». Buenísimo, ¿verdad? También en «Noticias de Gipuzkoa» se las prometían felices porque «no hubo fisuras ayer en la reafirmación de los asistentes al Alderdi Eguna en la apuesta por reivindicar el derecho a decidir para lograr unas mayores cotas de autogobierno». Eso lo veremos pronto.
La otra cara de la moneda correspondía a la prensa de la derecha españolista o española. En «El Correo Español» advertían que «aunque sea inquietante que el partido que sigue ostentado la principal responsabilidad de las instituciones vascas persista en amarrarse a una estrategia que se ha demostrado agotada, aun cuando pueda reeditar su triunfo en las urnas, más preocupantes resultan las repercusiones que la designación de Ibarretxe podría llegar a tener para el conjunto de la sociedad, abocada en caso de éxito a otra legislatura más de inestabilidad política y de ahondamiento en la disgregación social». ¡Que tremendista!
Peor lo pintaban en «Abc» donde aseguraban que «el PNV ha optado por la peor opción entre todas las posibles, porque la noticia confirmada ayer en un acto muy significativo para ellos demuestra que el País Vasco no sólo no avanza sino que retrocede hacia los peores tiempos de la fractura social. Dadas las circunstancias, es imprescindible que los dos grandes partidos de ámbito nacional estén a la altura de su responsabilidad. Socialistas y populares tienen que estar juntos otra vez ante este desafío reiterado y explícito en una defensa sin fisuras de la Constitución y el sistema autonómico para no ofrecer flancos débiles ante un adversario que plantea propuestas inaceptables para la España constitucional. Si el PNV decide apostar por su perfil más extremista e irracional, la respuesta política debe ser coherente, eficaz y sin ambigüedades». Estoy convencida de que tampoco será para tanto.