La comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, aseguró ayer que el Ejecutivo comunitario «toma nota» del informe preliminar de la misión de observación electoral de la OSCE desplazada a Bielorrusia para supervisar los comicios generales de ayer, que aunque incluye «indicaciones positivas» de algunas mejoras, «también menciona un número de elementos negativos» que hay que corregir.

Por ello, la comisaria reclamó a Minsk «total acceso» para que el personal de la OSCE complete las fases restantes del proceso de supervisión electoral y que «inicie un diálogo» con el organismo internacional para ver «la mejor forma de aplicar sus recomendaciones». «Estudiaremos muy cuidadosamente el informe final de la misión de observación electoral», recalcó Ferrero-Waldner.

La comisaria reconoció que «en los últimos meses» Bruselas ha constatado y dado la bienvenida a «un número de acontecimientos positivos» en Bielorrusia, incluida «la liberación de todos los presos políticos que todavía permanecen arrestados», así como el hecho de que Minsk cursara una invitación a la OSCE para supervisar todo el proceso electoral.

Distintos analistas han destacado la intención de Bruselas de atraerse a Bielorrusia, tradicional aliado de Rusia, con la intención de sumar apoyos de cara a futuros enfrentamientos con Moscú.