Al Zenit de San Petersburgo se le está atragantando su debut en la máxima competición europea. El campeón ruso, ganador de la Copa de la Uefa la pasada campaña y vencedor de la Supercopa de Europa ante el Manchester, ha perdido el gas que exhibe en la publicidad de su camiseta. Sin opciones en su Liga y eliminados de la Copa, sólo han hecho falta dos partidos para que compruebe de primera mano que la Champions son palabras mayores.

De ello se han encargado dos expertos como la Juve y el Madrid. En la primera jornada, los dirigidos por el holandés Dick Advocaat besaron la lona en Turín. Ayer fueron víctimas del acierto merengue, único equipo hasta ahora que cuenta sus partidos por victorias.

El choque se puso de cara para los visitantes nada más comenzar gracias al autogol de Hobocan (min. 4). Reaccionó el conjunto ruso y logró empatar en el 25 merced al portugués Danny, que se adelantó a la defensa para rematar un centro de Arshavin. Pero seis minutos después, depredador Van Nistelrooy cazó un balón suelto en el área que supuso el 1-2.

En la segunda mitad, ante el acoso local, surgió la figura de otro de los pilares madridistas. Casillas selló su portería y metió en la caja fuerte los tres puntos. El Zenit tendrá que reaccionar si no quiere que su ocaso llegue antes de lo deseado. Es, por ahora, el peor equipo del todo el torneo. Dos partidos disputados, dos derrotas.

El resto de la jornada

Bayern de Múnich y Juventus de Turín salvaron un punto tras comenzar cuesta arriba. Los del cuestionado Jurgen Klinsmann encajaron un gol en propia puerta, pero al menos consiguieron igualar ante el Olympique de Lyon con gol de Zé Roberto (1-1).

Peor pintaban las cosas para los transalpinos, que en 23 minutos perdían 2-0 frente al Bate Borisov bielorruso, un equipo que dejó una muy pobre impresión cuando jugó en el Bernabéu. Iaquinta equilibró la contienda antes del descanso (2-2).

Y el que ha pasado del cielo al infierno es Luis Aragonés. El sabio de Hortaleza ganó la Eurocopa con España, pero su aventura turca podría estar viviendo sus últimas horas. La hinchada del Fenerbahçe despidió con pitos a su equipo, que no pudo pasar del empate a cero frente al Dinamo de Kiev. Tampoco hubo goles en el Fiorentina-Steaua.

El Madrigal continúa siendo un feudo inexpugnable. Ayer bastó un lanzamiento de falta de Senna para que el Villarreal de Joseba Llorente doblegara al siempre correoso Celtic de Glasgow (1-0).

En el Emirates Stadium de Londres, el Arsenal pasó la página de su reciente derrota casera en la Premier -ante el modesto Hull por 1 a 2- con una sonora goleada sobre el Oporto (4-0). Tampoco tuvo excesiva historia la victoria del Manchester United en el campo del Aalborg, dos equipos con técnicos escoceses -Ferguson y Rioch- en sus banquillos. La duda estribaba en saber cuánto iban a aguantar los daneses con su puerta a cero. Rooney abrió la lata en el 22 y Berbatov remachó en la segunda mitad (0-3).