Siguen a vueltas con las elecciones que vienen. Ahora el objeto de observación es el PNV y su candidato in pectore, Ibarretxe.

Julia Navarro, en «Periodista Digital», aseguraba tener fuentes propias: «Desde el PNV se dice que lo importante es la unidad interna y así justifican que su presidente Iñigo Urkullu haya hecho de tripas corazón designando de nuevo a Juan José Ibarretxe como candidato a lehendakari». Y eso no le gusta nada a la periodista, porque «Juan José Ibarretxe ha hecho de la obcecación una manera de estar en política y parece importarle poco lo que suceda a su alrededor».

Y a partir de ahí, un deseo y un pronóstico: «Es evidente que el cambio pasa por el Partido Socialista, aunque parece igual de evidente que éste partido no parece tener todas las papeletas para poder ganar en solitario y por tanto necesitaría el apoyo de otras fuerzas políticas. En realidad la designación de Ibarretxe no es que sea una mala noticia, sino que significa que el PNV no tiene un proyecto ni una alternativa mejor para la sociedad vasca y le está proponiendo más de lo mismo. Una pena». ¡Qué aflicción!

Y al mismo tiempo el incombustible Carlos Carnicero, en «El Plural» de Germán Yanke aseguraba que «los votantes del PNV, en una gran parte, están hastiados de la reivindicación permanente como tecnología política de un país que no termina de tener la tranquilidad correspondiente a su nivel económico e industrial». Por lo tanto, «es muy posible que el PSE tenga por delante la mejor situación de los últimos treinta años para constituirse en alternativa de poder del PNV. La condición es también en parte de naturaleza emocional: una nueva formulación de la identidad vasca como una sintonía progresista, optimista, solidaria y con un sentido práctico de la construcción nacional acorde con un mundo globalizado donde además la crisis económica va a evidenciar la conexión y dependencia de las economías que no se corresponderían con un planteamiento autárquico de la quimera nacionalista». Lo de la «construcción nacional» me ha dejado bastante intrigada. ¿A ustedes no?