Una reflexión serena y radical
La primera reacción ante casos de pederastia o de pornografía infantil, independientemente de si consideramos esa reacción «natural» o socialmente inducida, es de náusea, de asco, de repugnancia. No cabe otra reacción o, cuando menos, no cabe defenderla públicamente. Es más, cualquier intento de matizar o de profundizar es considerado una justificación malévola o cínica de una conducta de por sí inaceptable. Sin embargo, para atajar, controlar o evitar más casos de abuso de menores es importante realizar un ejercicio de contención emocional y de reflexión serena. Lo contrario no sólo no garantiza una solución al problema, sino que puede ayudar a reproducirlo. Además, el debate debería sobre todo tener en consideración a las víctimas, en vez de centrarse en la «alarma social» y las subsiguientes medidas penales.
En primer lugar habría que aparcar de esta discusión los casos patológicos, aun siendo conscientes de esta problemática. Hablamos de personas enfermas y como tal deberían de ser tratadas. Sin entrar a discutir la casuística, la vía penal se ha demostrado estéril o cuando menos insuficiente en la mayoría de esos casos. Por otro lado, con quienes realizan esta clase de actos por lucro, comerciando con material gráfico con abusos a menores por dinero, la justicia debería ser simplemente eso, justa. El verdadero problema social viene cuando se detiene a decenas de personas que no entran ni en un caso ni en el otro. Un problema en el que entran factores educativos, sociales, económicos e ideológicos ineludibles para buscar soluciones a medio plazo.
Por último, es necesario combatir la hipocresía de amplios estamentos de la judicatura, la Iglesia y las autoridades educativas. Estamentos que reproducen relaciones de poder asimétricas entre hombres y mujeres, adultos y menores, emigrantes y nativos... mientras se llevan dramáticamente las manos a la cabeza con cada caso público de abuso sobre personas en situación de debilidad estructural. Asimismo, la propaganda policial también debería sacarse de esta ecuación.