No voy a entrar en si Al Pacino y Robert De Niro han envejecido mal, porque lo que nos preocupa de verdad es su pronunciado e inevitable declive artístico. Cualquiera es capaz de ver que los dos eligen muy mal sus papeles de un tiempo a esta parte, dentro del cine comercial menos estimulante. Y es que coinciden en su actitud de actores que con la edad se han vuelto más «dolareros» de lo que ya lo eran, así que nadie puede esperar ya verlos juntos en una película de calidad. Estoy convencido de que ellos son lo mejor de «Asesinato justo», pero no deja de ser un triste consuelo. ¿Qué se puede esperar de un rutinario thriller policial dirigido por el mediocre Jon Avnet, una vez visto el desastroso resultado del previo «88 minutos» protagonizado por el mismísimo Pacino?

Don Al ha cumplido ya los 68 y su amigo Bobby tiene 65, así que rebasan ya el límite aconsejable para encarnar a dos policías en activo. Los productores se lo toleran debido a que llevaban largo tiempo queriendo trabajar juntos en el cine, sabedores de que en «El Padrino II» y «Heat» no compartieron el rodaje en lo que se entiende por interactuar, sino que se limitaban a figurar en el mismo reparto. El guión original de Russell Gewirtz era en origen más lógico y presentaba la relación entre un veterano agente al borde de la jubilación y otro novato.