Curiosa y sugerente la transformación que Lauroba ha planteado desde el sonido de las formaciones previas de cada componente. Las rupturas de sonido significan inquietud, renovación y oxígeno, características que por sí mismas son auténticos revulsivos cargados de propiedades. De semejantes circunstancias, Lauroba ha nacido con la experiencia de sus vertientes previas y con la acertada actualización del mensaje y las formas.

«Gauari, gauerekin» es el disco del debut. Proyecto donde se cruzan guitarras saturadas y melodías muy empastadas. Sonidos de pop-rock con algunas coincidencias propias de la tensión melódica del power-pop. En cualquier caso, canciones directas de sencilla asimilación y destinadas a sonar en las radios sin que ningún filtro las afecte, si acaso el mal gusto o las fobias de los programadores. Con todo, «Gauari, gauarekin» podría haber resultado aún más cromático si la producción hubiese sido un poco más abierta.

El primer grupo de Iker Lauroba (guitarra, composición y voz) data del 97, pura esencia adolescente. Después pasa a formar parte, durante tres años, de Triki ta Ke. En 2000, se incorpora como guitarrista al proyecto Utikan. Con ellos graba el tercer álbum de la formación donostiarra, hasta la ruptura en 2003. La inquietud musical de Iker no le permite grandes pausas, así que en unos meses ya ha puesto en marcha Hamaika Bide, aventura que concluye cuando el batería de la banda decide marcharse a Cuba para estudiar percusión.

Nace Lauroba

Tras el nuevo tropiezo, Iker hinca su rodilla en tierra y junto a Haritz, su hermano, vuelve a levantarse, esta vez para crear Lauroba. Para Haritz, batería, esta será su primera experiencia, como también lo será para Alain Fernández, bajista que se incorpora a Lauroba con prontitud y al que le sigue, sin excesiva pausa, Iraitz Montalbán, otro debutante. En octubre de 2007 Iraitz abandona y en febrero de 2008 entra Borja Fernández, que viene de tocar el bajo en Denok Ados (de 1994 a 1999), Tonopunk (de 1999 a 2002) y Mal de Muchos (de 2003 a 2005).

Dinámica biografía que Iker completa tocando el bajo en una banda paralela, U.K.Bill, donde también hallamos a Unai Corral y Rafa Cabeza, ambos ex Utikan y Oier Txoperena, ex Hamaika Bide.

«La verdad es que nada más disolverse Hamaika Bide, y gracias a que un par de años antes convencí a mi hermano para que empezase a tocar la batería, nos juntamos y empezamos a montar unos cuantos temas que yo tenía en la cabeza. Los grabamos entre los dos y vimos que el asunto podía ir hacia delante», precisa Iker. Y así fue, porque tan sólo un par de años después, 2006, resultan ser los ganadores del concurso que anualmente se celebra dentro de Aste Nagusia de Donostia. Premio que les permite grabar su primer compacto, un cedé de cuatro canciones..

Elección

Lauroba comenzaron «Gauari, gauarekin» con veinte canciones repasadas una y otra vez en el local de ensayo. Ya en el estudio, se quedaron en dieciséis, y al disco pasaron catorce, un proceso de filtrado necesario para un rendimiento óptimo. Poder elegir te hace más libre y tener capacidad para crear solidifica la confianza en uno mismo.

Así que los componentes de Lauroba han completado un excelente debut de cuidadas armonías y sólida malla instrumental. Repertorio que se amplía en directo con versiones como «Misirlou», de Dick Dale; «Hollidays» de Green Day; «Bilbo», de Gari; y «Just like heaven», de The Cure. Atrás quedaron revisiones del «Forever young», de Alphaville, y «I´ll do it anyway» de The Lemmonheads.