Dos atentados kamikazes tiñen de sangre las oraciones del final del Ramadán en Irak
GARA |
La celebración del fin del Ramadán Aid al Fitr se tiñó de sangre en Bagdad. Dos atentados kamikazes en dos mezquitas chiíes del sur de la capital se cobraron la vida de, al menos, 17 personas e hirieron a otras 60.
El primer ataque se produjo en la mezquita al Rasul del barrio de Jadida cuando un kamikaze activó la chaqueta de explosivos que llevaba consigo. Una docena de personas, incluidos algunos fieles que en ese momento salían del templo tras asistir a la oración, murieron en este atentado. «Habíamos bloqueado las carreteras, pero el kamikaze vino a pie», señaló a AFP una fuente policial.
«Vi a un hombre aproximarse. Inmediatamente, me percaté de su cinturón y grité para avisar a los compañeros pero para ese entonces, dos agentes se habían acercado a él», manifestó el policia Ali Abdul Hussein, que resultó herido en una costilla.
«Sin la intervención de mis compañeros hubiera habido una tragedia. Mi uniforme estaba cubierto de sangre», añadió.
Delante de la mezquita se podían ver sandalias de plástico y zapatos manchados de sangre. El cuerpo del kamikaze quedó esparcido por la zona.
«Hasta hoy -por ayer- había sido el Ramadán más tranquilo de los últimos años en Bagdad. Pero el Aid al Fitr termina antes de haber comenzado», lamentó Mohammed Borhan, responsable de seguridad de la mezquita.
Policías y militares examinaban las imágenes capturadas por un teléfono móvil.
Poco después, en Zafaraniyah, otro kamikaze estrelló un coche lleno de explosivos contra un puesto de control situado junto a la entrada de la mezquita. Fallecieron cuatro soldados y otros tantos fieles.
Aumento de la violencia
Por otra parte, en la provincia de Diyala, seis personas de la misma familia, entre ellas mujeres y niños, murieron cuando un grupo de hombres armados atacó el vehículo en el que viajaban. Según explicaron fuentes policiales, diez personas atravesaban la localidad de Kasiba, al noreste de la capital de la provincia, Baquba, cuando el furgón que utilizaban fue interceptado. Los atacantes abrieron fuego contra ellos, matando a seis en el acto e hiriendo a otros tres, mientras que uno de los familiares logró escapar ileso.
Esta semana, fin del Ramadán -el lunes lo era sunitas y el miércoles para los chiíes-, ha sido especialmente violenta en Irak. El miércoles por la noche, cuatro personas fallecieron en otra mezquita chií, en esa ocasión en Balad, a 80 kilómetros al norte de Bagdad. Un coche bomba estalló en el aparcamiento del templo, que no sufrió daños.
El domingo, una serie de coches bomba causaron la muerte de más de treinta personas en barrios muy populares y frecuentados en los días previos al fin de esta festividad religiosa. El más sangriento ocurrió en Karrada, una de las principales zonas comerciales de Bagdad.
El enviado especial de Naciones Unidas a Irak, Staffan de Mistura, expresó su preocupación por el incremento de la violencia en el país.