Europa debate su respuesta a la crisis financiera
La UE duda sobre la creación de un plan de rescate para los bancos
El Senado de EEUU dio luz verde al plan de rescate de 700.000 millones de dólares para los bancos y ahora Washington y Wall Street esperan y presionan a la Cámara de Representanes para que no repita su rechazo. En Europa, tras extenderse la propuesta de crear un fondo de rescate europeo, ahora nadie reconoce su paternidad y los presidentes del Estado francés, Alemania y Holanda se opusieron a esta medida.
GARA | BRUSELAS
Los líderes europeos no acaban de ponerse de acuerdo sobre la creación de un fondo de rescate para los bancos similar al que aprobó ayer el Senado de EEUU. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, afirmó que la Unión Europea no necesita un plan de estas características porque la situación del sistema financiero comunitario, pese a las dificultades de los últimos días, es «más estable» que la estadounidense.
Juncker se felicitó por la aprobación por parte del Senado de Estados Unidos del plan de rescate de Wall Street, que prevé dedicar 700.000 millones de dólares a la compra de activos tóxicos, y dijo que espera que también la Cámara de Representantes le dé su visto bueno pronto. Explicó que la UE también cuenta con instrumentos para salir al rescate de bancos, incluso cuando los problemas afectan a varios Estados miembros, como se ha demostrado en el caso de la entidad belga-holandesa Fortis (en cuyo salvamiento intervinieron Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo) y del banco franco-belga Dexia (con la participación de Bélgica, Estado francés y Luxemburgo).
No obstante, el presidente del Eurogrupo abogó por contar con un «enfoque europeo más sistemático» para este tipo de casos para no tener que recurrir siempre a «soluciones ad hoc».
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, negó categóricamente haber propuesto un fondo común de 300.000 millones de euros para rescatar bancos en dificultades. Negó «tanto el monto como el principio» de la creación del citado fondo. El primer ministro holandés, Jan Peter Balkenende, también negó haber sido el promotor de la idea y subrayó su oposición a la misma, aunque coincidió con Sarkozy en que hace falta una estrategia común en la UE en la aplicación de medidas estatales.
«Estoy en contra de un fondo europeo. Pero también estoy en contra de que sólo hablemos de medidas nacionales porque en Europa hay bancos que operan en distintos países», señaló al término de un encuentro entre ambos en París.
«Una estupenda señal»
Sin embargo sus respectivos ministros de finanzas no reflejaron las mismas opiniones. La ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, dijo ser partidaria de crear un fondo europeo de rescate para bancos en crisis que podría financiarse con fondos comunitarios o de los presupuestos estatales y que posibilitaría que todos los estados de la UE tengan acceso a operaciones de ayuda.
«Hasta ahora sólo se trata una idea, pero debemos discutir sobre ella», explica Lagarde en declaraciones al diario económico alemán «Handelsblatt».
También el ministro de Finanzas holandés, Wouter Bos, opinó lo contrario que su primer ministro, al asegurar que la creación del fondo «sería una estupenda señal de confianza» para el sistema financiero.
La canciller alemana, Angela Merkel, por su parte, mostró su oposición a este planteamiento, dejando claro que su Gobierno «no puede ni quiere firmar un cheque en blanco para todos los bancos, se hayan comportado o no de manera responsable», aunque Berlín ya aprobó un paquete de rescate de 35.000 millones de euros para la financiera inmobiliaria Hypo Real Estate. No obstante, pidió que se desarrollen con urgencia «sistemas de seguridad y de alarma preventiva» para evitar que se repitan ese tipo de acontecimientos.
La cuestión del fondo de rescate será uno de los asuntos que se discutirá en la reunión convocada mañana en París de los países europeos del G-8 por Nicolas Sarkozy, para discutir la respuesta europea ante la crisis.
El Senado rescata el plan
En Estados Unidos, el plan de rescate de 700.000 millones de dólares consiguió revivir en el Senado, al ser aprobado por 74 votos a favor y 25 en contra. Sin embargo, mañana debe conseguir la aceptación de la Cámara de Representantes, que el lunes rechazó la versión original de la medida en una votación de 205-228. No está claro si el plan logrará allí los votos para su aprobación, ya que algunos demócratas conservadores, preocupados por el abultado déficit, quieren explicaciones sobre cómo se financiarán algunos de los recortes tributarios.
Durante el debate de ayer los senadores pintaron un panorama sombrío para empresas y ciudadanos si se rechazaba el plan, en momentos en los que tanto los negocios como los consumidores afrontan restricciones de crédito. Para ablandar a los detractores del rescate de Wall Street en la cámara baja, el Senado incluyó alivios fiscales y medidas que benefician al ciudadano medio relacionadas con la protección de los depósitos bancarios, y medidas sanitarias. De esta forma, la «Ley de Estabilización Económica» pasó de las tres páginas del proyecto del Gobierno a las 102 páginas en su versión del lunes, a un total de 451 páginas.
El presidente George W. Bush elogió la aprobación del controvertido plan, al que calificó como «clave para la seguridad financiera de todo estadounidense». Según Bush, la medida facilitará el acceso a crédito para la pequeña empresa, las familias y los gobiernos locales y estatales.
El eje central del acuerdo es que el Departamento del Tesoro podrá adquirir la deuda de mala calidad de los bancos por importe de hasta 700.000 millones de dólares. Entre otros elementos, la medida elevó de 100.000 a 250.000 dólares la garantía que se aplica a los depósitos de los clientes bancarios. La Comisión de Valores de EEUU también podrá suspender las normas de contabilidad que permiten a las empresas ajustar sus activos al valor del mercado.
Los líderes del Eurogrupo, el Estado francés, Holanda y Alemania rechazaron crear un fondo europeo para rescatar la banca y negaron haber sugerido la idea, pero algunos de sus ministros insistieron en ella.
El Gobierno irlandés considera la posibilidad de extender su garantía ilimitada de los depósitos de los seis grandes bancos nacionales, aprobada ayer por el Parlamento, a otras entidades financieras extranjeras.
El FMI advirtió de que hay muchas posibilidades de que EEUU se encamine a una profunda y prolongada recesión, tras analizar los factores que han confluido en la actual crisis que vive el país a la luz de 113 casos de turbulencias financieras.
El vicepresidente segundo del Gobierno español, Pedro Solbes, rechazó aceptar un acuerdo europeo para aumentar la cantidad máxima del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) si esta subida supone renunciar al sistema de aportación español.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, abrió ayer la puerta a una bajada de los tipos de interés este año y llevó al euro hasta su valor mínimo desde comienzos de setiembre del año pasado. Previamente, el máximo órgano ejecutivo del BCE decidió mantener las tasas en el 4,25% para los países que comparten el euro.
En la rueda de prensa tras la reunión, Trichet explicó que el consejo de gobierno del BCE decidió por unanimidad dejar inalterado el precio del dinero pero que discutió también la opción de bajarlo. «Hemos examinado dos opciones, una dejar los tipos de interés inalterados y la otra bajarlos», dijo Trichet. Explicó que «los últimos datos confirman claramente que la actividad económica en la zona del euro se debilita, con una contracción de la demanda doméstica y un endurecimiento de las condiciones de financiación». Al mismo tiempo, «con el debilitamiento de la demanda, los riesgos al alza para la estabilidad de precios han disminuido algo pero no han desaparecido».
Trichet dijo que «somos libres para hacer lo que creamos que es necesario en cualquier momento para asegurar la estabilidad de precios», pero rehusó comentar si la entidad bajará los tipos de interés en noviembre en 25 puntos básicos como pronosticaron los mercados financieros tras sus declaraciones No obstante, el banquero hizo hincapié en que la entidad mantendrá «las expectativas de inflación firmemente ancladas en línea con nuestro objetivo», situado en el 2%.