Tras la última redada en Iruñerria
Familiares de detenidos: «Se vende eficacia policial, como en los 90»
Las familias de los cuatro jóvenes detenidos en Iruñerria creen que las FSE buscan «vender eficacia policial», igual que en los años 90, después del balance de la Fiscalía que alertaba de la «kale borroka» en Nafarroa. Entonces se usó la etiqueta de los «grupos Y»; ahora, la de Segi.
Ramón SOLA |
En 1995, en un momento en que la kale borroka tenía una fuerte intensidad en Nafarroa, la Policía española llevó a cabo una serie interminable de redadas. El sumario 8/97 no llegó a juicio hasta una década después, con una petición fiscal de 401 años de cárcel. La sentencia de la Audiencia Nacional la redujo a 26 años, y el Supremo la rebajó aún más. Entonces quedó claro que, como se había denunciado durante años, aquella había sido una operación propagandística.
Los familiares de los cuatro jóvenes detenidos esta semana en Iruñerria evocaron ayer este precedente. Los arrestos se han llevado a cabo apenas dos días después de que se conociera el balance de la Fiscalía de 2007, del que se extrajeron titulares referidos a Nafarroa, como que este herrialde encabeza el ránking de kale borroka y que el número de acciones había aumentado un 170% respecto a 2006.
Para estos familiares, la secuencia es evidente: «Primero se crea alarma social y luego se vende eficacia policial».
Superando la dramática situación que atraviesan estos días, dieron la cara para recordar que en los años 90 «se llevaban a los jóvenes acusados de pertenecer a `grupos Y'», que luego se pasó a las «detenciones preventivas» y que ahora se detiene sólo «bajo la acusación de ser de Segi». Lanzaron al aire varias preguntas muy significativas: «¿Por qué no pasan ante el juez sin ser incomunicados si disponen de tantas pruebas? ¿O acaso no disponen de ellas y, como bien ha dicho el jefe superior de Policía, José Luis Gago, ahora se estudia qué actos se les atribuyen?»
Ni un dato. Las familias se pondrán hoy rumbo a Madrid sin conocer cómo y dónde están sus hijos, y tampoco cuándo serán llevados ante el juez. A Grande-Marlaska se le había solicitado que esto fuera cuanto antes y que, en su defecto, se les aplicara el «protocolo Garzón». La respuesta ha sido negativa una vez más. Argumenta, según informaron las familias, que ya están siendo visitados por el forense dos veces al día.
Los allegados de los jóvenes animaron a protestar por los arrestos hoy en Bilbo, mañana a las 12.00 en Larraga -localidad de Sueskun- y el día 11 en una movilización que se convocará en Iturrama. Anoche una asamblea reunió a 176 vecinos en Barañain.
Según ha podido saber GARA a través de fuentes familiares, los jóvenes Ernesto Prat Urzainki, Aritz Azkona Domínguez y Mikel Jiménez Martín han dado a conocer a la Audiencia Nacional española que están dispuestos a comparecer en el juzgado. Sin embargo, el juez Fernando Grande-Marlaska, al que se habría trasladado esta petición, ha optado por no levantar la orden de detención que existe contra ellos.
Se da la circunstancia de que estos tres jóvenes y otros dos más han sido señalados posteriormente desde la Guardia Civil como personas que se habrían incorporado a ETA y que estarían conformando un comando para atentar en Nafarroa. La «noticia» saltó a finales de la semana pasada, y en ella no se aportaba más dato objetivo que el hecho de que no están en sus domicilios. Casi todos los medios publicaron sus fotografías y se atuvieron estrictamente a la versión policial. Se da la circunstancia añadida de que en el caso de Aritz Azkona la Guardia Civil había acudido en agosto su domicilio familiar para detenerlo, no por relación con ETA sino acusado de acciones de «kale borroka».
Según indicaron estas fuentes, Grande-Marlaska ha respondido al ofrecimiento indicando que si quieren presentarse ante el tribunal especial pueden hacerlo, pero negándose a levantar la orden de arresto. Existen varios precedentes en los que jóvenes que querían declarar ante el juez han sido detenidos, incluso en las mismas puertas de la Audiencia Nacional, y se les ha aplicado la incomunicación.
