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Floren Aoiz www.elomendia.com

UPN-PP: segundo capítulo del agostazo

¿Qué garantías ha dado Rodríguez Zapatero (los del PSOE en Nafarroa no deciden ni el color de las cortinas de la sede) a UPN para que éste llegue a pensar en dar un paso de estas características, que puede provocar una crisis en sus relaciones con el PP?

Hace poco más de un año el PSOE, dejando de lado las negociaciones con Nafarroa Bai, apoyó un nuevo gobierno de UPN y CDN. Durante los meses anteriores, y de manera explícita en su petición de voto en la campaña electoral, había insistido en lo contrario, afirmando que su intención era sacar a UPN del gobierno. En medio del escándalo, se escucharon algunas voces que señalaban que tras la actitud del partido de Rodríguez Zapatero había un plan para separar a UPN del PP, y también se dijo que había un acuerdo de alcance superior a la cuestión del gobierno.

Se ha dado en llamar «agostazo» a aquella jugada del PSOE, y en el tiempo transcurrido desde entonces se ha comprobado la buena salud del acuerdo UPN-PSOE. De hecho, es como si gobernaran en coalición, aunque uno de ellos esté en la oposición. Han coincidido en todos y cada uno de los grandes temas, y, por supuesto, en la determinación de evitar cualquier cambio en el estatus político-jurídico impuesto sin consultar a la ciudadanía durante los primeros años de la transición. Han quedado atrás las acusaciones de «vender Navarra a ETA» lanzadas insistentemente por Miguel Sanz y otros líderes de UPN contra el PSOE. Se ha recuperado la sintonía entre estos dos partidos, que ha sido la clave de la política oficial en Nafarroa durante los últimos años. Entre tanto, Nafarroa Bai, pese al paso del tiempo, sigue sin encontrar su sitio. Por sorprendente que pueda parecer, todavía sigue emplazando en sus intervenciones parlamentarias y discursos públicos al PSOE a conformar una alternativa «de progreso». Unos y otros se benefician de la Ley de Partidos y las medidas represivas que han dejado a la izquierda abertzale fuera del Parlamento Foral y dificultan notablemente su labor política, aunque la evolución de los acontecimientos ha ratificado sus tesis, poniendo de manifiesto que cualquier proyecto de cambio pasa necesariamente por modificar el marco. Algo de lo que Nafarroa Bai no quiere ni oír hablar.

Miguel Sanz ha dicho que su partido defiende los intereses de Nafarroa, no los del PP. Y esto para explicar que tienen intención de llegar a un acuerdo con el PSOE en torno a los presupuestos a aprobar en Madrid e Iruñea. En el PP hay enfado y no parece que estemos ante una mera operación de imagen. La derecha navarra es profundamente españolista, pero su horizonte prioritario es mandar en Nafarroa, y cuando digo mandar no quiero decir estar en el Gobierno, sino tener la sartén por el mango. Y quien hoy por hoy puede asegurárselo no es Rajoy, sino Rodríguez Zapatero.

¿Qué garantías ha dado Rodríguez Zapatero (los del PSOE en Nafarroa no deciden ni el color de las cortinas de la sede) a UPN para que éste llegue a pensar en dar un paso de estas características, que puede provocar una crisis en sus relaciones con el PP? Tanto a UPN como al PSOE les interesa el poder. Tenerlo y evitar que lo tenga la sociedad. La clave de todo lo que ocurre está ahí precisamente, en cortocircuitar cualquier proyecto para dar la palabra a la sociedad.

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