El Taller de Teatro Navarro Villoslada ha sido el encargado de impulsar esta exposición que cuenta con un «matiz especial», ya que coincide con el 30 aniversario de su creación. Vicente Galbete e Ignacio Aranguren, directores de la compañía, aseguraron que la muestra cuenta con dos niveles «muy claros». El primero de ellos, en la planta baja, es donde se simula la realidad del cómico ambulante de la época, en el que se muestran dos cómicos «con pinta de pícaros, de ladrones marginales, pero que son los que eran capaces de llevar el teatro a los rincones más alejados».

En las escaleras que unen ambos niveles hay ocho descripciones de otras tantas agrupaciones teatrales que existieron en los siglos XVI y XVII, desde el pobre que contaba cómo había visto una comedia a cambio de un plato de sopa, hasta llegar a la compañía de corte que actuaba ante la nobleza y tenía ya otra consideración social. El segundo nivel, situado en la primera planta del vestíbulo, muestra unos arquetipos de personajes «representativos» e «inevitables» de la comedia del Siglo de Oro, como el labrador y la labradora con honra, la criada de la dama y el criado o gracioso, la dama y el galán.

«Personajes curiosos»

Aranguren explicó que, junto a estos arquetipos, existen también dos personajes «muy curiosos». Uno de ellos es un traje de dama pensado para un hombre, ya que en aquella época estaba prohibido que las mujeres actuaran, por lo que sus papeles eran interpretados por los varones. El otro, es un traje de hombre pensado para una mujer, porque «la mujer vestida de varón era uno de los atractivos eróticos y festivos propios de la comedia». La muestra estará disponible hasta finales de año para todos los que acudan a ver alguna obra al Gayarre, y puedan aprovechar los descansos para ilustrarse sobre la comedia de aquella época.