Tras pasar una semana incomunicados -cuatro días en comisaría y otros tres, de modo excepcional, en prisión-, los jóvenes navarros Gorka Sueskun, Ibai Azkona e Iker Araguas, detenidos la pasada semana en Iruñea, podrán hoy hablar con sus familiares y abogados.

El régimen de incomunicación les fue levantado después de que se llevaran a cabo nuevas detenciones el lunes. A lo largo de este día fueron capturados Iker Aristu, Mikel Marin, Iñaki Marin y Diego Octavio, de los que no hay dato alguno.

Unicamente se sabe que se encuentran en Madrid, adonde habrían sido llevados ayer a las 7.30 de la mañana, según explicaron fuentes oficiales.

Durante la noche se habían llevado a cabo los registros de sus domicilios, que estuvieron caracterizados por el fuerte dispositivo policial y por la tensión, a tenor de la recopilación de datos hecha por el movimiento pro-amnistía.

Así, en el caso de la irrupción policial en la casa de Iker Aristu, en la Avenida de Baiona de Iruñea, un amigo de la familia fue arrestado cuando pedía la documentación de la orden de arresto. Posteriormente quedó libre.

Según destacaron testigos, en esta casa entraron unos diez policías que no dejaron que sus padres o hermanos vieran el registro. En todo momento impidieron el contacto visual o físico con el joven, e insistieron en que «está incomunicado, no le podéis hablar». Les advirtieron también de que no le hablaran en euskara en ningún caso. En la calle manifestaron su protesta unas 40 personas.

Finalmente, de este domicilio se llevaron un ordenador. El registro se había prolongado durante unas dos horas.

Sin testigos

El movimiento pro-amnistía añade que no consta que hubiera testigos en el registro de la vivienda de Mikel Marin Irurozki. Explicó que varios familiares trataron de acercarse, pero un policía les dijo: «Tirar para atrás, que si no vais a ir calientes».

La presencia policial fue especialmente notoria en el registro de la vivienda de Diego Octavio, en la calle Labrit de Iruñea. Y en la casa de Iñaki Marin entraron sin que conste la presencia de secretario judicial y cargaron para dispersar a unas 40 personas congregadas para apoyarles.

Sus familiares fueron puestos en la pared tras la irrupción de agentes uniformados y de paisano, según el movimiento pro-amnistía. Ayer a media tarde continuaban sin conocer dónde está el vehículo de Iñaki Marin.

La falta de testigos de los registros prolongó el secretismo de toda esta operación. Además de incomunicarse a los detenidos ya presos, durante las primeras horas del lunes los nuevos arrestos fueron ocultados de modo evidente. Ayer se pudo saber, por ejemplo, que Mikel Marin fue arrestado hacia las 13.30 en el polígono industrial de Mutiloa Beiti (la Delegación del Gobierno español negaba a media tarde que hubiera alguna detención). En agosto, Alberto López Iborra también fue apresado en el polígono industrial de Landaben, igualmente sin testigos; en aquel caso, la detención no se conoció hasta cinco días después, cuando se supo que había sido atropellado por la Guardia Civil y hospitalizado.

Sólo en el caso de Iker Aristu trascendieron testimonios directos sobre el modo en que se produjo el arresto, ya que salía de casa en compañía de un familiar para acudir al tanatorio. Los agentes le pusieron un jersey cubriendo la cabeza y se lo llevaron a comisaría.

Los detenidos han recibido muestras de solidaridad de diversos colectivos. Es el caso de la Peña Bullicio, de la que es socio Mikel Marin; o de Eguzki Irratia, donde colabora Iker Araguas.

En cuanto a las movilizaciones, en la UPNA se manifestaron a mediodía unas 120 personas tras una rueda de prensa en la que denunciaron estas agresiones a la juventud. Y en el campus de Gasteiz también se van a concentrar cada día ante Magisterio, donde estudia Araguas. En Bilbo, en el Arriaga, por los presos se reunieron 90 personas.

Sáiz: «Da frutos»

Los familiares de los detenidos ya incidieron la pasada semana en que esta actuación tenía como objetivo aparentar eficacia policial después de que la Fiscalía haya alertado del incremento de la kale borroka en Nafarroa durante 2007.

Al respecto, ayer la delegada del Gobierno español en Nafarroa, Elma Sáiz, salió a la palestra para referirse a las redadas en estos términos: «El trabajo policial da sus frutos, y este operativo desarrollado desde la semana pasada es buena muestra de ello». Aseguró que las FSE «van a seguir trabajando con el mismo ahínco para poner a disposición judicial a cuantos tratan de quebrar la normal convivencia ciudadana». Y calcó las declaraciones habituales del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba: «Cualquier acto terrorista se paga, no existe impunidad para los violentos».

Nafarroa Bai exigió «respeto a todos los derechos humanos para todas las personas» y, en consecuencia, «a las personas detenidas». Pidió que se informe de modo público de su situación. Y aprovechó para añadir que «nos reafirmamos en la apuesta por el diálogo y las vías exclusivamente civiles y políticas».