Acuerdo de mínimos para frenar el pánico
Los ministros de Economía de la Unión Europa decidieron ayer elevar las garantías de los depósitos bancarios desde los 20.000 hasta un mínimo de 50.000 euros, en un intento por tranquilizar a los ciudadanos y convencerles de que sus ahorros están a salvo. Algunos países, con el Estado español a la cabeza, ya han anunciado su intención de incrementar esa cifra hasta los 100.000 euros. Así, la reunión del Ecofin parecía servir para, con un acuerdo de mínimos, consensuar una postura común de todos los ejecutivos europeos, vistas las disensiones que habían provocado las decisiones unilaterales de países como Irlanda de avalar la totalidad de los depósitos y las voces que habían alertado del riesgo de desequilibrios reales por la previsible fuga de capitales desde los sistemas bancarios de los países con menos protección hacia los que ofrecen más garantías.
Aunque el incremento de las garantías se configura per se como una medida positiva, un vistazo a la breve pero meteórica historia de la crisis no deja demasiado margen para el optimismo. Todavía no se habían apagado los ecos de las declaraciones de suficiencia de los líderes europeos ante la crisis en Estados Unidos cuando se sucedieron los primeros episodios de contagio en los que estados europeos tuvieron que acudir al rescate de entidades financieras al borde de la quiebra. Aún entonces, los mensajes tranquilizadores seguían dominando el discurso oficial: aunque la banca financiera afrontaba los efectos globalizadores del caos al otro lado del Atlántico, la vieja banca europea tradicional estaba al margen de cualquier peligro. Pero tampoco este discurso duró demasiado y ya hemos entrado de lleno en la fase en la que los gobiernos, acaso poniendo la venda antes que la herida, tratan de evitar el pánico general sobre el futuro de los ahorros.
Pero lo único que consiguen es sembrar más incertidumbre. Ayer, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, aseguraba que «en estos momentos no hay nada que ponga en riesgo los ahorros de los depositantes». ¿En estos momentos? ¿Vienen de camino otros momentos? También ayer, bastaba una combinación de rumores sobre una hipotética solicitud de liquidez de Barclays -entre otros bancos- al Gobierno británico para que la Bolsa reaccionara penalizando seriamente a la entidad y obligara a su consejero delegado a negarlo todo. La sicosis callejea ya por Europa.