El juez confirma una enfermedad profesional por amianto en Luzuriaga
El Juzgado de lo Social número 2 de Donostia ha desestimado la demanda de la empresa Victorio Luzuriaga de Usurbil para evitar que la dolencia que sufre el ex trabajador José Luis Aranburu se considere enfermedad profesional derivada de la exposición del amianto.
Juanjo BASTERRA |
Los afectados por amianto y sus familiares sufren un doble castigo: por un lado, la pérdida de la salud, y muchas veces la muerte, después de haber estado toda su vida trabajando en contacto con ese «mineral asesino»; y, por otro, tienen que ir de juzgado en juzgado declarando que padecen una enfermedad profesional y, por lo tanto, que les corresponde una indemnización por los daños sufridos por la falta de seguridad.
Ayer se conocieron las dos caras de esa moneda. Por un lado, se hizo pública la sentencia del Juzgado de lo Social número 2 de Donostia que reconoce que el cáncer de pleura que padece José Luis Aranburu, ex trabajador de Victorio Luzuriaga de Usurbil, «deriva» de su contacto diario con el amianto. La Seguridad Social y Osalan habían admitido esa causa, sin embargo la dirección de la empresa recurrió la determinación de enfermedad profesional.
Por otro lado, se aplazó en Bilbo la demanda de recargo de prestaciones por falta de seguridad de la viuda de Marcos Albitre contra Renfe y Wagons Lits, debido a que el desdoblamiento de la empresa ferroviaria generó algunas dudas procesales.
Sin dudas
La sentencia del Juzgado de lo Social número 2 de Donostia no deja el más mínimo resquicio a la duda sobre la enfermedad profesional de José Luis Aranburu. Hace un año se dio cuenta de los problemas de salud, después de haber estado trabajando 45 años. Se prejubiló a los 60 años y, como él mismo explicó en una entrevista en GARA, esperaba a su jubilación para «poder disfrutar de la vida, porque no tuve niñez, ni juventud, porque tuve que trabajar duro». Le diagnosticaron cáncer de pleura, pero la dirección de Victorio Luzuriaga negó que se debiera al amianto con el que trabajaban en la empresa. La dirección incluso recurrió la decisión de la Seguridad Social.
Sin embargo, la magistrada María José Mitxelena ha reconocido que «estamos en condiciones de poder concluir que efectivamente el mesotelioma epitelioide pleural, es decir, el cáncer de pleura, que fue diagnosticado al sr. Aranburu deri-va de la contingencia de enfermedad profesional». También reconoce que «estuvo expuesto laboralmente al amianto». Ahora Aranburu tendrá que demandar recargo de prestaciones contra la empresa.
La dirección, según reconocieron compañeros del ex trabajador, «solía enviar un autobús» a Victorio Luzuriaga para realizar análisis y control médico, pero los mismos testigos explicaron en el juicio que «en modo alguno esos reconocimientos fueron tendentes a analizar las consecuencias de la exposición al amianto», que era «un producto muy usado en la fábrica».
José Luis Aranburu trabajó durante 45 años en contacto con el mineral cancerígeno. Cuatro años después de prejubilarse, detectó que tenía problemas de respiración y le diagnosticaron un cáncer de pleura.
La Asociación de Víctimas del Amianto de Euskadi (ASVIAMIE) se concentró ayer a las puertas del Palacio de Justicia de Bilbo en apoyo a Begoña Vila, viuda de Marcos Albitre que falleció a los 46 años por cáncer de pleura. «El amianto mata» era el lema de la pancarta que enarbolaron para rechazar el silencio que se está produciendo ante este grave problema de salud para muchos trabajadores.
Vila presentó una demanda de recargo de prestaciones por la falta de medidas de seguridad contra Renfe y Wagons Lits. Albitre trabajó veinticinco años en la Compañía Internacional de coches-cama Wagons Lits y contrajo cáncer en esa actividad. Los frenos de los trenes y todos los elementos de fricción utilizaron el amianto como aislante del calor. Sin embargo, el mal estado y la falta de seguridad en los vagones hizo que el trabajador respirara fibras de amianto que le produjeron la muerte. La vista quedó aplazada debido a que el desdoblamiento de Renfe y Adif obligaba a citar a ambas empresas y no sólo a una. Según explicaron desde la asociación de víctimas, «el goteo de juicios es normal, porque afectó a muchos trabajadores».
La demanda por recargo de prestaciones por falta de medidas de seguridad de la viuda de Marcos Albitre, fallecido el 18 de setiembre de 2006, se aplazó hasta el 16 de diciembre en el Juzgado de lo Social 14 de Bilbo.