A tres meses del fin del convenio
Bardenas abre la puerta a otros quince años de polígono de tiro
La Junta de Bardenas y el Ministerio de Defensa español negocian ya un nuevo contrato que permita al Ejército mantener el polígono de tiro que impuso en 1951. El presidente de la Junta, José Antonio Gayarre, confirmó en un canal local lo que era un secreto a voces, pero aportó además un dato especialmente grave: la duración del nuevo convenio podría ascender a quince años, es decir, el doble del que ha estado vigente entre 2001 y 2008.
Ramón SOLA | IRUÑEA
La Junta de Bardenas y el Ministerio español de Defensa mueven ficha a menos de tres meses para que caduque el convenio de uso del polígono de tiro de las Bardenas. El presidente de la entidad bardenera, José Antonio Gayarre -ex parlamentario y ex diputado de UPN-, ha reconocido en una entrevista a una televisión local que la negociación está abierta, que va por buen camino y que el nuevo convenio podría ser largo, como pidió la ministra, Carme Chacón.
Preguntado sobre si el nuevo contrato posibilitaría al Ejército español continuar utilizando este territorio durante otros ocho años, Gayarre respondió lo siguiente: «Ocho, diez, quizás quince años...»
Esto supone que el nuevo convenio duplicaría la duración del vigente, que en su día fue presentado por el Gobierno del PP y por la Junta de Bardenas como un contrato final, que luego daría pie al desmantelamiento reclamado por múltiples instituciones navarras.
La negociación vuelve a centrarse en el canon económico que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero abonará a la Comunidad, conformada por una veintena de ayuntamientos de la zona, los valles de Zaraitzu y Erronkari y el Monasterio de La Oliva. Gayarre confirmó en la entrevista que en la actualidad Defensa paga unos 4,5 millones de euros al año.
«Esfuerzos infructuosos»
Como ya se temía en 2001, el Gobierno español mantiene intacto el argumento de que no encuentra alternativas válidas, pese a estar ahora en manos del PSOE y no del PP. En mayo, la ministra Chacón argumentó en el Congreso que «para el Ejército del Aire contar con un campo de tiro como el de Bardenas no es un capricho, es una necesidad objetiva». «Le soy franca -indicó a la diputada de Nafarroa Bai, Uxue Barkos-. Nuestros esfuerzos en el hallazgo de una alternativa, por el momento, no han sido fructíferos. Se ha hecho un trabajo exhaustivo. Los otros campos nacionales no cumplen los requisitos operativos, físicos, orográficos o meteorológicos, y los del extranjero, aunque podrían ser utilizados esporádicamente, imponen unas limitaciones de acceso y disponibilidad, así como otras de control de ejercicios, que en la práctica acaban reduciendo su utilidad y la posibilidad de su empleo como campo permanente».
José Antonio Gayarre pidió en la entrevista a Canal4 Navarra que el tema no sea objeto de polémica política, algo que ha conseguido evitar durante los últimos meses. «Se le da mucha importancia al polígono de tiro», estimó.
La confirmación que el nuevo convenio está próximo y que tendrá larga duración se produjo curiosamente horas después de que un F-18 rompiera la barrera del sonido y provocara un susto muy considerable en Iruñea y en las localidades vecinas. Pese a que el Ministerio de Defensa no concretó si procedía del polígono de las Bardenas, el presidente de la Junta, José Antonio Gayarre, conocía oficialmente el hecho, porque lo confirmó en una entrevista posterior.
El estruendo, producido concretamente a las 18.40 del miércoles, fue tan notable que hizo que el Gobierno navarro emitiera una nota en la que no explicaba lo ocurrido, pero descartaba expresamente que se hubiera tratado de un terremoto. Esto es lo que habían pensando muchos vecinos de localidades como Iruñea, Cordovilla o Agoitz. De hecho, el Instituto Geográfico Nacional indicó que en las estaciones sísmicas de que dispone en Nafarroa se había registrado una leve señal de origen desconocido.
Otros vecinos supusieron que se había tratado de una explosión. SOS-Navarra ha confirmado que recibió múltiples llamadas de personas alarmadas.
Horas después, el Ministerio de Defensa decidió confirmar que se trataba de un avión F-18, al parecer con base habitual en Zaragoza, que se encontraba haciendo un vuelo de instrucción y que rompió la barrera del sonido. Esta institución se apresuró a remarcar que todo ello había ocurrido en «la más escrupulosa legalidad», puesto que la nave volaba a 45.000 pies de altura, cuando el límite legal está a 32.000. Defensa incidió en que la operación que realizaban era rutinaria y en que las condiciones de humedad pudieron propiciar que el ruido fuera mayor que el habitual. José Antonio Gayarre, que conocía el tema pese a que en la nota del Ministerio español no se alude para nada al polígono de las Bardenas, también disculpó lo ocurrido y restó importancia al incidente.
