A Steven Spielberg le llueven las acusaciones de plagio, después de que los propietarios de los derechos del clásico de supense «La ventana indiscreta» le hayan demandado. Consideran que cuando produjo «Disturbia» debía haber pagado por la utilización del mismo relato original de Cornell Woolrich en que se basó Alfred Hitchcock en su día, pero no lo hizo así, a pesar de las más que evidentes coincidencias argumentales. Esa película bajo sospecha del pasado año fue dirigida por D.J. Caruso y protagonizada por su protegido Shia LaBeouf, quienes repiten en idénticos cometidos con «La conspiración del pánico». Ahora las películas a las que parece copiar son «Enemigo público», escrita por David Marconi, y «Cellular», según una idea de Larry Cohen. Sin embargo, Spielberg afirma que el primer boceto del guión de mediados de los años 90. Le costará más responder a cuantos plantean que también toma prestados elementos significativos del thriller de Don Siegel «Harry el sucio». Por más que el recurso de las llamadas telefónicas sea puesto al día es muy difícil que esta intriga sorprenda al espectador, al no tardar en descubrir de dónde procede la misteriosa voz femenina que obliga a la pareja protagónista a participar en una conspiración, cuyo objetivo final es sabotear el actual sistema político estadounidense.