Tras el apoyo a las tesis de Sanz
El PP elude romper con UPN y se limita a abrir una reflexión
La contundencia con que el Consejo Político de UPN aprobó desmarcarse del PP ha sorprendido al partido de Mariano Rajoy. Pese a las amenazas de ruptura de los días precedentes, el PP hizo público un comunicado en el que se limita a «abrir un proceso de reflexión sobre el futuro de nuestra colaboración», ensalza el pacto de 1991 y asegura que le gustaría que «UPN continuara siendo nuestra casa y nuestra voz». Pero no parece tan claro que sea un deseo mutuo.
Ramón SOLA | IRUÑEA
Mariano Rajoy estuvo ayer en A Coruña, pero no se consiguió arrancarle una sola valoración sobre la decisión adoptada por el Consejo Político de UPN. Por la tarde, el PP hizo pública una nota en la que «lamenta profundamente» el desmarque del partido de Miguel Sanz y se afirma que «pone en cuestión diecisiete años de extraordinaria y fructífera colaboración». En ningún momento se habla de la ruptura con la que amenazó en días precedentes y que estuvo en boca del diputado Santiago Cervera apenas un minuto antes de iniciar el Consejo Político.
El PP se limita a anunciar que «la decisión adoptada por la dirección de UPN nos obliga a abrir un periodo de reflexión sobre el futuro de nuestra colaboración. Durante los últimos 17 años, UPN ha sido la casa y la voz del PP en Navarra y nos gustaría que así continuara siendo en el futuro. Todavía hay tiempo para que UPN reconsidere su decisión».
La Ejecutiva Nacional del PP conocerá mañana un informe sobre la cuestión, pero no se contempla ninguna decisión hasta el día 23, cuando se votarán los presupuestos en el Congreso. Hasta entonces se puede prever que desde Génova se dirigirán presiones hacia uno de los dos diputados de UPN -Santiago Cervera- y dos de los tres senadores de esta formación -José Cruz Pérez Lapazarán y José Ignacio Palacios-.
Los tres se quedaron al margen del aplastante resultado obtenido por las tesis de Sanz (163 síes): Cervera fue uno de los doce miembros del Consejo que se abstuvieron y Pérez Lapazarán y Palacios se cuentan entre los escasos cinco que votaron en contra. El otro diputado, Carlos Salvador, también se abstuvo, pero ayer matizó que acatará el resultado. Así las cosas, la senadora María Caballero fue la única electa de UPN en Madrid que se alineó con la mayoría abrumadora del Consejo Político, lo que demuestra la falta de sintonía entre el conjunto del partido y sus representantes en las Cortes españolas.
Con estos datos en la mano, el PP podría tratar de evitar la quiebra del pacto utilizando como excusa un eventual voto discrepante de Cervera o argumentando que la posición de UPN no será decisiva. Sin embargo, a estas alturas el PP tiene un problema añadido: cada vez parece más claro que Miguel Sanz está decidido a forzar la ruptura, y no hay garantías de que no desatará nuevas escaramuzas si no ocurre ahora.
El pacto firmado en 1991, además, establece que su ruptura debe materializarla uno de los dos partidos tomando una iniciativa concreta, que sería votada en este caso en la Junta Directiva Nacional del PP. Está claro que UPN no oficializará la quiebra de la fusión, como confirmó ayer su secretario general, Alberto Catalán: «El pacto no está roto, ha dado unos magníficos resultados. Y si el PP lo rompe, deberá explicar los motivos».
PSN: «Por interés de Navarra»
UPN ha tomado su decisión mirando claramente al PSN, por lo que resultaba interesante ver cuál sería su valoración. Roberto Jiménez, secretario general del partido, recibió la noticia como si UPN hubiera hecho en realidad algo ya comprometido.
En su discurso ante el Comité Regional que se celebraba ayer, el nuevo líder del PSN saludó que UPN «ha apostado por los intereses de Navarra», pero matizó al mismo tiempo que «no ha hecho nada de más, ya que es lo que venimos haciendo los socialistas día a día desde hace bastante tiempo», en clara alusión a la decisión de renunciar a un gobierno alternativo a UPN.
En la misma línea, criticó a los partidos que les han acusado de «entregar el gobierno a cambio de nada» y les recordó que ahora dicen justamente lo contrario, es decir, que «esto estaba pactado desde agosto del año pasado». «Aburren», concluyó.
El segundo diputado de UPN, Carlos Salvador, tampoco comparte la decisión de sus compañeros -se abstuvo ante la propuesta de Sanz-, pero dejó claro ayer que la acatará y que, por tanto, no aprobará la enmienda a la totalidad que presente el PP. Dijo sentirse en la obligación de hacerlo aunque su posición en Madrid «no es cómoda ni sencilla». Calificó de «desagradable» todo el proceso y apostó, como Cervera, por intentar mantener el pacto de 1991 porque «ha dado muchos frutos y mucha estabilidad» a Nafarroa. Salvador entró en la sesión del viernes junto a Cervera, intentando escenificar una unidad de acción que parece quebrada tras el aplastante resultado de la votación.
GARA
El que fue cabeza de lista de UPN al Congreso, Santiago Cervera, se reserva hasta última hora cuál será su voto ante las enmiendas a la totalidad de los presupuestos, y se limita a expresiones ambiguas como «bajo ningún concepto voy a defraudar a mis electores». Sin embargo, ha modificado su discurso ante la claridad del resultado del Consejo Político. Entró a la sesión diciendo que el pacto UPN-PP se rompería si se optaba por la abstención, pero ayer apuntó que cabe recomponerlo aunque será «muy difícil». Planteó que existe tiempo y «la mínima voluntad necesaria» para intentarlo, y pidió una salida que le evite «conflictos de conciencia».
GARA