LA VANGUARDIA Quim Monzó 2008/10/9
Triunfo definitivo de la dieta mediterránea
Un chef, Anthony Morley, ha comparecido ante los tribunales de Londres acusado de homicidio. Según parece, mató a un amante, le cortó un muslo, lo sazonó y lo frió en aceite de oliva. El canibalismo no es habitual, pero a veces se dan casos y sin necesidad de llamarse Hannibal. (...) La noticia presenta dos detalles interesantes. El primero es ver cómo todos los titulares de los diarios remarcan que frió el muslo en aceite de oliva. No he visto ninguno en el que no aparezca explicitado. Hubiesen podido decir, simplemente, que lo frió. O que lo frió en aceite. Pero no: todos insisten, ya desde el titular, en que fue precisamente en aceite de oliva. Es evidente que hay ahí una pulsión. Hasta hace unas décadas, en los países anglosajones lo habitual hubiese sido que se utilizase mantequilla. Pero la expansión del aceite de oliva por el mundo es imparable, sobre todo a partir del momento en el que los médicos decidieron que la dieta mediterránea es de las más sanas del mundo. En los años setenta, el aceite de oliva en Nueva York -por ejemplo- no estaba generalizado, y la mayor parte de la gente que lo consumía descendía de italianos, y de su herencia gastronómica. En los años ochenta, en cambio, ya se encontraba en todas las tiendas de productos gastronómicos, tuviesen o no connotaciones italianas...