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Gabriel Erkoreka gana el Premio Reina Sofía de Composición

El bilbaino Gabriel Erkoreka se hizo el pasado viernes con el XXV. Premio Reina Sofía de Composición, dotado con 25.000 euros y que fue fallado en el madrileño Teatro Monumental tras un concierto en el que se interpretaron las dos piezas finalistas, la ganadora «Fuegos» y el «Concertino para viola y orquesta», del japonés Takahiro Sakuma.

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Mikel CHAMIZO | MADRID

«Simplemente, agradecerles a todos ustedes esta maravillosa noche que me han hecho pasar». Con esas escuetas palabras agradecía el bilbaino Gabriel Erkoreka el Premio Reina Sofía de Composición, que recogía tras la emocionante final que tuvo lugar la noche del viernes en el Teatro Monumental de Madrid, donde se interpretaron las dos piezas que habían alcanzado la última fase del concurso tras una criba realizada entre 149 partituras llegadas de 33 países.

La velada fue intensa, porque entre el público asistente nadie parecía tener muy claro qué compositor iba a hacerse con el premio, un galardón que quizás sea el más prestigioso de entre los concursos musicales del Estado español, que va acompañado de una dotación de 25.000 euros.

La obra de Erkoreka, «Fuegos», deslumbró a los asistentes con un gran despliegue de virtuosismo orquestal y un hipnótico discurso en el que también hubo lugar para guiños festivos. Pero la pieza del otro finalista, el japonés afincado en argentina Takahiro Sakuma, poseía igualmente una calidad muy notable y era, además, algo más tradicional, una característica que a menudo decanta las decisiones de los jurados de los concursos, de criterios un tanto conservadores en la mayoría de los casos.

Sutilidad

Por si esto fuera poco, las dos piezas, ambas de lenguaje abstracto, se movían por estilos y estéticas bastante diferenciadas, lo que dificultó aún más el hecho de establecer comparaciones. No obstante, «Fuegos» sobresalía por una sutilidad, inteligencia y originalidad ausentes en el «Concertino para viola y orquesta» del japonés, una obra de idiosincrasia marcadamente rítmica que, en el plano orquestal, y en parte por su propia naturaleza de concertino, obtuvo resultados mucho más discretos que la obra del bilbaino.

Finalmente, el jurado, integrado por Antón García Abril (presidente), Joan Cerveró, David Del Puerto, Benet Casablancas y Jesús Rueda, otorgó a «Fuegos» el XXV Premio Reina Sofía de Composición Musical, para sorpresa del propio Erkoreka, que confesó a este corresponsal no tenerlas todas consigo durante las horas previas.

Polémica

Se suma así un premio más a la trayectoria de Erkoreka, actualmente asentado en Londres y profesor de composición en Musikene, el Centro Superior de Música de Euskal Herria.

La polémica, sin embargo, no ha tardado en aparecer, y en los foros de algún diario de tirada estatal ya se podían leer críticas a la concesión del premio, que supuestamente ha premiado a «un colega español». Curioso razonamiento, cuando es bien conocida la tensa relación de los compositores vascos con el circuito de la música contemporánea del Estado español, descaradamente centralizado en torno a los autores afincados en Madrid.

ESTILOS Y ESTÉTICAS

Las piezas compuestas por el vasco Erkoreka y el japonés Sakuma, ambas de lenguaje abstracto, se movían por estilos y estéticas bastante diferenciadas, lo que dificultó aún más el hecho de establecer comparaciones.

PREMIO

El jurado, integrado por Antón García Abril, Joan Cerveró, David Del Puerto, Benet Casablancas y Jesús Rueda, otorgó el premio a Erkoreka, que confesó no tenerlas todas consigo durante las horas previas.

«El color es un aspecto muy importante»

¿Qué cree que ha visto el jurado en «Fuegos» para premiarla entre las más de 150 obras presentadas?

Tiene un componente visual bastante fuerte, un juego de simetrías musicales que muchas veces afecta también al aspecto visual de la partitura. Se pueden ver simetrías dentro de una página o entre distintas páginas. Esto me permitía delimitar en cierto modo la libertad de acción y organizar el material permitiéndome centrarme en el color orquestal, que es uno de los aspectos más importantes en «Fuegos». La propia presentación de la partitura es muy visual, y es posible que el jurado haya tenido esto en cuenta, aunque lo más importante es la propia música .

¿A qué hace referencia el título «Fuegos»?

La obra se articula en torno a cierto número de sonoridades que avanzan y retroceden, casi como en una espiral, creando un efecto hipnótico. Se trata de una música abstracta, pero generalmente bautizo mis obras con títulos que puedan servir como una guía para la escucha, que puedan evocar imágenes y crear asociaciones.

¿Qué opinión le merece la obra que ha quedado finalista?

Las dos obra son de naturaleza bien distinta. La de Sakuma era una obra muy buena, pero como no sé qué es lo que el jurado ha tenido en cuenta, tampoco puedo dar una opinión muy bien formada. El grado de actividad orquestal era muy diferente en ambas obras, y puede que eso haya sido un factor decisivo. M.C.

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