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Entrevista ante el nuevo curso político

«El derecho a decidir no puede ser sólo un lema, hay que dar un paso»

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Xanti KIROGA
Mienbro de la Izquierda Abertzale

La izquierda abertzale inicia el curso en una situación de acoso judicial y policial completo, pero sin dejar de mirar al futuro. Xanti Kiroga sitúa la clave actual en llevar de la teoría a la realidad conceptos tan asumidos como el derecho a decidir. Y anuncia iniciativas en esta línea «que no serán retóricas, sino prácticas».

Ramón SOLA

En una situación marcada por vetos al diálogo político, la izquierda abertzale tiende la mano a todos los sectores que quieran llevar a la práctica lo que Xanti Kiroga considera que está asumido plenamente en la teoría. Anuncia iniciativas en este sentido pero matiza que no se trata de un retorno a 1998, sino que hay diez años más de experiencia añadida.

El inicio de curso ha traído veto a la consulta, ilegalizaciones, atentados de ETA, detenciones... Como dicen desde el Gobierno español, ¿esto es «lo que toca»?

Es lo que no debería tocar. Y es lo que se intentó que no tocara nunca más. Eso es lo que quiere la izquierda abertzale.

Remarcan que la represión no es algo nuevo pero sí lo es la intensidad y gravedad de los ataques. ¿Cómo afecta esto a aspectos como la interlocución o la referencialidad de la izquierda abertzale?

Mentiríamos si dijésemos que no afecta. Pero por encima de eso hay un compromiso mantenido en el tiempo. Insisten en ello y se van a tropezar con la misma realidad de siempre: que por esa vía nunca han conseguido nada. Pero la situación es dura, por supuesto.

Insisten en la propuesta política, pero ¿cómo se puede activar el debate sin tener casi presencia en instituciones y medios?

Hay una percepción errónea. Su problema no es con la izquierda abertzale, su problema es que intentan evitar un cambio político que impida que este pueblo quede encerrado en la Constitución, que ha sido su objetivo, y que este pueblo les ha dicho que no. Su respuesta es atacar al sector más implicado en ese cambio político, y de paso esa ofensiva salpica a otros. Y lo que hace falta es activar ese cambio.

¿Cómo se hace eso?

Convirtiendo en práctico aquello que hoy sólo es teoría. Si volvemos a 1996 y vemos lo que decían algunos... Hoy hay cosas que todo el mundo tiene reconocidas, y lo estamos viendo a diario, por activa y por pasiva. Pero hace falta pasar de la teoría a la práctica. Hay una evolución importante en el plano teórico que no se ha trasladado al ámbito práctico. Y hay también un riesgo, porque existe un intento de desfigurar esos contenidos ya aceptados en el plano teórico. El derecho a decidir no se puede quedar sólo en un lema, eso no sirve para nada. Hay que dar un paso adelante. En su día hubo quien dijo que estaba dispuesto a ir a la cárcel, pero lo cierto es que ya vemos quién se está comprometiendo en realidad con el derecho a decidir y quién está pagando un peaje muy caro por ello. Desgraciadamente, lo que vemos en el resto es que el Estado español ha dicho que no, y que el PNV le presta ayuda.

Eso suena como una apelación a recuperar la unidad de acción entre abertzales. ¿Con quién?

Con todos los sectores que quieran participar en llevar a la práctica ese contenido teórico aceptado comúnmente, sin que nadie quede al margen. ¿Si eso suena a algo que pasó antes? Puede ser, pero es un emplazamiento que se hace con la experiencia de diez años después.

¿Es más fácil lograrlo después de que el Constitucional haya dicho que la única soberanía es la del pueblo español?

No lo sé, pero eso pone a cada uno en su sitio. Por ejemplo, a los que dijeron que con el Estatuto los presos estarían en la calle y que llegarían no sé qué cosas más... El Tribunal Constitu- cional ha dicho que los vascos somos hoy una mota de polvo en el universo español. Ha marcado exactamente cuál es la esencia del conflicto. Así que sólo cabe superar este marco.

Partidos como EA dicen que están dispuestos a colaborar, pero les piden algo a cambio...

Si están de acuerdo en trabajar en esa línea, todos podemos tener condiciones que poner. Lo importante es superar todo eso. Pero es muy contradictorio que se proponga colaboración para trabajar en esa línea y al mismo tiempo se asuma el marco actual plenamente.

¿Como vería la izquierda abertzale que el tripartito continúe en Ajuria Enea?

Hay otra cosa previa a todo, y es que parece que pueden volver a ser unas elecciones antidemocráticas. Esos comicios pueden servir para nada o para que cambien muchas cosas, pero lo cierto es que a día de hoy entre los vascos a quienes no se deja votar a la opción que quieren y los vascos que no pueden votar en esas elecciones de tres territorios, cerca del 40% no tenemos nada que decir. En cuanto al tripartito, se puede jugar de nuevo a la amenaza del `que vienen', pero yo me pregunto qué es lo que se ha hecho en estos siete años con aquellos famosos 600.000 votos. Y lo cierto es que los del `que vienen' campan a sus anchas...

¿Y si quien llega a Ajuria Enea es el PSOE?

Lo realmente importante es que quien obtenga cotas de poder en Euskal Herria esté dispuesto a lograr el derecho a decidir para este pueblo. Eso es lo único que nos preocupa.

Unos dicen que la izquierda abertzale está preparando «listas blancas»; Rubalcaba, por contra, sostiene que no se quieren presentar. ¿Quién de los dos está mintiendo?

Los dos. Lo que la izquierda abertzale exige es algo muy simple: que estas elecciones se den en condiciones en las que exista el sufragio universal. Es lo mismo que se reivindicaba en el franquismo y que se pagaba con la cárcel, y ahora ocurre otro tanto. Hay que terminar con el apartheid. Porque, contrariamente a lo que dice Iñigo Urkullu, no es un problema de la izquierda abertzale; es un problema de déficit democrático de este país, de un pueblo que quiere vivir en democracia.

El proceso encalló sobre todo en la territorialidad, en Nafarroa. ¿Cómo se lee lo que está ocurriendo con UPN? ¿Qué puede salir de ahí?

Para comprobar que Nafarroa fue clave no hay más que ver todos los manifestantes que se trajeron desde España en marzo de 2007. Creo que UPN intenta blindar ahora no tanto su gobierno, sino su régimen autonómico, de la mano del PSOE. No sólo hay un elemento político en ello, también hay un elemento económico. Comparten un modelo muy autoritario, muy neoliberal, muy excluyente en ámbitos como el sindical. No tienen problema en aprobarse los presupuestos mutuamente, cuando es algo antinatural que la supuesta izquierda apoye a la supuesta derecha y viceversa. Y esta antinaturalidad demuestra su debilidad.

¿Pasa algo similar en Ipar Euskal Herria? Lo digo por la última redada, que ha provocado sorpresa generalizada...

Sí. Es curioso ver cómo París aplica un tratamiento de problema político a una cuestión de la que dice que ni siquiera es su problema. Lo que están haciendo se parece mucho a lo que han hecho en Corsica, donde tampoco existe una Ley de Partidos como tal pero sí han pasado estas cosas. Pero que nadie se engañe. Sarkozy también sabe que hay un problema político que necesita solución política.

¿Para qué debe prepararse la izquierda abertzale en este inicio de curso?

Para trabajar, básicamente, con el mismo compromiso que hasta ahora, con el objetivo de que sus reivindicaciones sean extendidas al conjunto del país y la mayoría ciudadana se vaya posicionando en favor de ellas. Trabajar sin esperar a un «día D».

A tenor de los acontecimientos, cabe pensar que están abocados a una clave de resistencia...

Para nada. La izquierda abertzale no sólo tiene una propuesta de resolución del conflicto, sino que tiene un programa, y es un programa que va más allá de los planteamientos tácticos con la independencia y el socialismo como metas. Por ejemplo, ante la crisis, una crisis generada exclusivamente por algunos y que hace imprescindible trabajar en modos de transformación social. El proyecto de la izquierda abertzale es, por ejemplo, que se dejen de dilapidar millones y millones, que se repartan la riqueza y el trabajo, que se desarrolle un modelo de país... Y esto resulta ahora más importante que nunca. Es un proyecto político para que la gente viva mejor. Y tiene unas prioridades: que todas las personas de este país tengan reconocido su derecho a vivir en euskara, que sus señas de identidad dejen de estar sojuzgadas, o que los proyectos que se pongan en práctica sean realmente los que necesita y quiere este país, no el TAV ni el Plan Navarra 2012, que están diseñados sólo para algunos.

En momentos de bloqueo como éste, muchas veces la izquierda abertzale ha sacado algún conejo de la chistera...

La izquierda abertzale tiene iniciativas, y en las próximas semanas se van a poder ver. Pero no serán iniciativas planteadas como un elemento retórico, sino iniciativas prácticas en favor del reconocimiento de este país y de sus derechos. No se trata de sacar un conejo de la chistera, sino de ofertar fórmulas para que haya una movilización con el fin de lograr ese objetivo.

EL SALTO

«Hoy hay cosas que todo el mundo tiene reconocidas, pero hace falta pasar de la teoría a la práctica»

ELECCIONES

«Pueden servir para nada o para que cambien muchas cosas, pero lo cierto es que a día de hoy un 40% no tenemos nada que decir»

NAFARROA

«UPN intenta blindar el régimen de la mano del PSOE. Y esa antinaturalidad demuestra su debilidad»

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