Juan José Ibarretxe hizo unas declaraciones contra ETA ayer en el santuario de Arantzazu, durante el acto de entrega a Rigoberta Menchú y al representante del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Elio Tamburi, del texto promovido por Lakua con motivo del 60 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En su intervención, Ibarretxe consideró que «está bien que reclamemos que todas las personas, también las personas detenidas, incluso las encarceladas por haber cometido terribles delitos, tienen derechos humanos», pero matizó que «no podemos mirar hacia otro lado cuando en esta sociedad se producen crímenes horrendos como los que seguimos viviendo por parte de ETA».

Por su parte, la Premio Nobel de la Paza manifestó que «los derechos tienen que conquistarse» y que «ningún pueblo puede ganar sus derechos si no lucha, no se puede cambiar la sociedad si nos ciudadanos no se sienten parte del cambio».

En este sentido, recalcó la importancia de «humanizar la humanidad» para poder «dar vida a todos esos instrumentos internacionales que existen para hacer frente a la vulneración de derechos humanos».

Elio Tamburi resaltó los avances realizados en materia de protección de derechos humanos, pero precisó que «todavía quedan muchos retos» en este campo. Entre ellos, citó «la pobreza, el resurgimiento del racismo y la persistencia de violaciones de derechos económicos y sociales en todo el mundo».

En su discurso, Ibarretxe también defendió un cambio en el orden mundial, por entender que el actual está caracterizado por la «soberbia».

«¿Qué fue, si no la soberbia, lo que nos llevó a la guerra de Irak y a la confrontación de culturas, lo que nos lleva en Europa a tratar a los emigrantes como al ganado? ¿Qué fue, si no la soberbia, lo que posibilitó que el Gobierno español y varios partidos, como PP y PSOE, nos dijeran que no quieren que demos nuestra opinión el 25 de octubre?», se preguntó.

La tortura, «deleznable»

En el documento promovido por el Gobierno de Lakua y firmado por personalidades del mundo de la cultura y de la sociedad vasca se dice que los derechos humanos son «indivisibles y universales», se expresa la solidaridad con todas las víctimas, se proclama que «ni una causa política o ideológica, ni la razón del Estado legitiman la vulneración del derecho a la vida» yse califica de «deleznable» la tortura.

Sin embargo, Lakua no menciona los cuerpos policiales que la practican en el Estado español, tal como han denunciado organizaciones internacionales.