Los ministros de Energía de la UE cerraron el pasado viernes un acuerdo para regular el mercado interno de la energía y garantizar la separación de los grupos energéticos, a pesar de la fuerte oposición de Alemania.

El compromiso final tardó más de tres horas, pero se introdujeron dos cláusulas sobre el acuerdo de junio, destinadas a la protección de las empresas de la UE de los gigantes energéticos de terceros países. La otra trata de defender dentro de la UE a las compañías que han dividido su propiedad de las verticalmente integradas.

También se alcanzó un acuerdo para impedir que empresas del exterior de la UE puedan comprar las redes europeas de transmisión de gas y de electricidad. Este acuerdo dista del inicial propuesto por la Comisión Europea, pero, «contra todo pronóstico», no se ha opuesto.