pATXI RUIZ 12

DEL REY 22

OLAIZOLA I 22

DIAZ 6

Para que luego digan que el deporte es aburrido porque siempre ganan los mismos. Ayer había dos claros favoritos para pasar a los octavos del torneo, pero como bien dice la cultura popular: los favoritismos sólo se demuestran en la cancha. Asier Olaizola lo demostró y Patxi Ruiz no. Es simple. Uno pasa, y el otro no.

En el primer lance de la tarde Patxi Ruiz y Alberto Del Rey se enfrentaban en un partido que se preveía duro. La última vez que vimos al zaguero de Lizarra jugar un partido del campeonato del Cuatro y Medio fue en el 2005. En aquella ocasión llegó hasta la liguilla de semifinales, y venció un partido a Aimar Olaizola, quien a la postre fue el ganador del campeonato. Los antecedentes eran muy buenos, y quizá por ello las expectativas eran muy altas. Pero nada más lejos de la realidad, ya que lo de ayer, paradójicamente, fue casi un «paseo» -siempre entendido desde la perspectiva del lenguaje deportivo- para Alberto Del Rey.

El delantero de Nájera puso ayer al alcance de la mano de cualquier pelotazale el manual perfecto para «ganar partidos cuando no eres favorito». Explotó sus virtudes al máximo y evitó los puntos fuertes de Ruiz con una ferocidad terrible. Si a eso sumamos que el de Lizarra jugó un nefasto partido, la fórmula para el zurdo de Nájera fue perfecta.

Del Rey manejó el partido a su antojo. Jugó serio, sin anticiparse demasiado, y jugándosela cuando sólo cuando era necesario. Patxi Ruiz, en cambio, mostró su peor cara. Quizá pueda tener relación con la reciente lesión -hernia discal- que ha sufrido, pero la verdad que se le vio muy lento, brusco en los movimientos e incluso desmotivado; sin rabia. De esta manera Del Rey se verá las caras con Julen Retegi en la siguiente fase.

Asier Olaizola, a lo suyo

Los espectadores miraban a Olaizola e Iñigo Díaz con la esperanza de que pudieran ofrecer mayor espectáculo que en el partido anterior. Y lo cierto es que el encuentro no tuvo nada que ver con el primero. Se jugó a un ritmo endiablado, con golpes ganadores, con un Olaizola acertado y un Diaz que no daba una pelota por perdida. Los dos hicieron un alarde de ganas y carácter. Y eso es lo que quiere ver el espectador sobre la cancha. Cuando el pelotari lucha por todo y se le ve con carácter, nadie le reprocha nada.

En este caso el delantero de Goizueta era el claro favorito para el triunfo, y tomando buena nota de lo que le sucedió a Ruiz, jugó un excelente partido. Iñigo Díaz empezó ágil, veloz y con mucho nervio, pero se le acabó la gasolina y al final la veteranía, el certero golpe y la buena colocación de Asier en la cancha lo llevaron a un triunfo muy cómodo.