Relevo en el banquillo osasunista
Un plantel demasiado amplio para Camacho
José Antonio Camacho no tiene pelos en la lengua y, fiel a su habitual estilo, ya en su presentación dejó claras varias cosas importantes. Que él es quien manda, que los jugadores deberán acoplarse a su forma de entender el fútbol y que la plantilla es demasiado amplia.
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Acompañado de su fiel segundo, Pepe Carcelén, y de un despliegue mediático sin precedentes, apareció José Antonio Camacho en la sala de prensa de El Sadar con un semblante muy serio, que no varió en toda su comparecencia. El de Cieza sabe que le queda todo un importante trabajo por delante para ganarse a la afición rojilla, sobre todo a esa parte que le va a mirar con lupa por su pasado en el Real Madrid y la selección española.
Con un tono a medias entre la seguridad en sí mismo que da la experiencia y la disciplina de un sargento, su presentación sirvió para dejar las cosas claras desde el principio. «Vi una gran seriedad y una ilusión enorme en que viniera aquí. Vamos a tener grandes dificultades, pero con trabajo y el apoyo de jugadores y afición, saldremos adelante», inició su alocución.
Un interés de la actual junta directiva por que el murciano recalara en Osasuna que ya viene de lejos, como desveló el propio interesado. «La verdad es que tuve anteriores conversaciones para venir aquí, pero no llegaron a buen puerto». No se concretó si esas negociaciones fueron cuando el actual presidente rojillo, Pachi Izco, era todavía candidato, cuando se marchó Javier Aguirre al Atlético de Madrid o si se desarrollaron incluso este reciente verano.
Prioridad para renovar
Lo que no trascendió es el montante económico global que le costará al club la incorporación de Camacho y la rescisión de contrato de Ziganda. Lo que sí se hizo público es que el preparador murciano firma hasta junio de 2009 y que en su contrato hay una cláusula en la que la entidad navarra tiene preferencia hasta el 15 de abril del próximo año para renovarle.
Esta vez sí, el máximo mandatario osasunista estuvo presente en la sala de prensa para hacer las veces de anfitrión y presentador, aunque el subconsciente le jugó una mala pasada cuando antes de nada quiso agradecer los servicios prestados a «José Antonio (sic)» Ziganda. Estaba claro que Izco ya tenía la mente en una etapa distinta de su mandato.
Continuando con su intervención, Camacho dejó claro lo que espera de su plantilla: «Los jugadores se tendrán que adaptar a mi manera de jugar». Más claro, agua. Y algunos ya pueden ir pensando en hacer las maletas en el próximo mercado de invierno, porque el desde ayer técnico rojillo avisó de que «me gustan las plantillas más cortas», aunque también garantizó que todos los jugadores que la conforman «dispondrán de oportunidades».
En el apartado en el que parece que no habrá más cambios es en el staff técnico, ya que se confirmó que Alfredo seguirá como tercer entrenador y Joshe Biela continuará encargándose del trabajo físico con la plantilla. Al menos de momento, porque el entrenador murciano soltó un enigmático «me tendré que asesorar, a partir de ahí tomaremos decisiones».
Como era de esperar, hizo estandarte del trabajo diario como mejor forma para salir de la complicada situación clasificatoria. «He cogido mis referencias sobre ellos y van a trabajar bien. Se tienen que mentalizar de que debe haber una reacción con el cambio, pero que aquélla se debe prolongar en el tiempo», manifestó.
«En los otros equipos donde he estado siempre he buscado sacar el máximo rendimiento para el partido inmediato que voy a jugar. Hay que dejar aparte los problemas personales de cada uno y ahora la prioridad absoluta es la Liga y salir totalmente mentalizados en cada partido», añadió.
El nuevo míster rojillo también sorteó algún tema espinoso como su historial madridista. «Uno está muy orgulloso de su pasado, entre el que se cuentan encuentros muy difíciles jugados aquí. No creo que yo sea el problema, vengo a trabajar por el club y aquí han venido muchos futbolistas procedentes del Real Madrid», explicó.
Trabajando el gol
La expectación que se vivió en el primer entrenamiento dirigido por Camacho fue similar a la de un partido del Promesas. Algo más de 300 aficionados se dieron cita en los campos de Tajonar para ver al técnico de Cieza e incluso hicieron pasillo en su salida, con algún tímido aplauso y un grito de ánimo.
Durante la hora y cuarenta minutos que duró la sesión -se inició con los abrazos fraternales que ya instaurara en la selección española-, el trabajo se centró especialmente en la realización de jugadas con el objetivo final de conseguir gol, tarea en la que se va a hacer especial hincapié, como adelantó en su presentación matinal.
Quienes no pudieron ejercitarse con el resto fueron Dady, que llegó directamente del aeropuerto media hora después, además de Miguel Flaño -con el readaptador físico- y Delporte, que se quedó en el gimnasio.