Mundial 2010 Siguen las eliminatorias
Los «red devils» belgas, al asalto del equipo de moda
Los de Vanderheycken tratarán de recuperar la autoestima de un equipo histórico superando a España.
Beñat ZARRABEITIA | BILBO
Los enfrentamientos entre las selecciones de Bélgica y España siempre tendrán un antes y un después del 22 de junio de 1986. Aquel día, se batieron en duelo durante los cuartos de final del Mundial de México. Los de Miguel Muñoz, con la base que fue subcampeona de Europa dos años antes más la aportación de «la quinta del Buitre» y unos jóvenes Zubi y Salinas acababan de arrasar por 5 a 1 a Dinamarca. Pero la gran Dinamita Roja pegó un petardazo espectacular ante Bélgica.
Este combinado contaba con la mejor generación de futbolistas de su historia. Jean Marie Pfaff, Gerets, Van der Elst, Vercauteren, Grun, Scifo, Claesen, Vandenbergh o Ceulemans formaban un grupo enorme. No obstante, en la eliminatoria anterior habían necesitado la ayuda del colegiado sueco Fredriksson -que se declaró posteriormente «anticomunista»- para batir a la URSS en medio de un escandaloso arbitraje.
Los españoles eran favoritos, pero los red devils, como también se conoce a la selección belga en su país, acabaron por pasar a semifinales. El partido se dirimió en los penaltis. Desde allí, los belgas no fallaron y su portero Pfaff detuvo el tiro de Eloy Olalla. Junto a la final de la Eurocopa de 1980, se considera el mayor logro de su historia.
Posteriormente, los choques entre belgas y españoles sí que han sonreído a los últimos. En la primera fase del Mundial de Italia se impusieron por 2 a 1 con gol de Gorriz; durante la clasificación para la Eurocopa de 1996 ganaron 1 a 4 a domicilio, mientras que el último precedente, de 2005, se saldó también con un 0 a 2 para los hispanos.
Hoy, a partir de las 20.45 (TVE 1), Bélgica aspira a reengancharse al tren de la élite subiendo al primer puesto del grupo 5. Para ello tendrá que superar a la campeona de Europa. Los españoles -se desconoce si Iraola o Xabi Alonso tendrán minutos- son el equipo de moda y no conocen la derrota desde hace dos años. Con Del Bosque en el banquillo, además, no han encajado ni un gol en cuatro encuentros.
Por todo ello, los belgas miran con tanto recelo como ilusión al choque de esta noche en el Rey Balduino de Bruselas, el antiguo Heysel. Han sido muchos los sinsabores de los últimos años, pero el sol parece asomarse para los hinchas de aquel país.
Fuera de las grandes competiciones desde 2002, deprimidos por el fiasco de su Eurocopa en 2000 y con la posibilidad de la oficialidad de sendas selecciones de Flandes y Valonia, las constantes vitales de los red devils han sido bajas y, en ocasiones, marcadas por la tragedia, como cuando falleció el internacional Strerchele en accidente de tráfico.
Una nueva generación que mezcla flamencos, valones e hijos de la inmigración ha vuelto a situar al equipo en primera plana. Los Juegos de Beijing fueron una gran piedra de toque, perdiendo el bronce contra Brasil. Pero los Kompany, Vanden Borre, De Mul, Verthongen, Fellaini o Mirallas salieron muy reforzados de la cita china.
La clasificación para el Mundial de Sudáfrica les ha de devuelto la ilusión, tanto que esta noche pueden dormir como líderes por delante de España.
Relax para Domenech y los suyos, ya que hoy juegan un amistoso contra Túnez. Mayor concentración requerirá Italia ante Montenegro, Holanda en su visita a Oslo, griegos y suizos en su enfrentamiento y, sobre todo, la renqueante Portugal contra Albania.
El guardameta realista tendrá que hacer frente hoy a la avalancha argentina. El portero de «la roja» chilena será visitado por Messi, Agüero o Diego Milito, entre otros. Casi nada. Por lo menos, Riquelme y Tévez no jugarán al estar sancionados.
La UEFA decidió ayer sancionar al Atlético de Madrid con el cierre de su campo por dos partidos debido a unos incidentes de los que culpa a la Policía española y los gritos de un sector de su afición -racistas según este organismo- en el choque de Champions que enfrentó a los colchoneros con el Olympique de Marsella. La UEFA, que también impone al club una multa de 150.000 euros, justifica la sanción por «la deficiente organización del partido y por la conducta antideportiva e impropia de sus aficionados». Ahora, los colchoneros tendrán que jugar sus envites caseros ante Liverpool y PSV a 300 kilómetros de Madrid y sin Javier Aguirre en el banquillo, ya que el mexicano ha sido suspendido también con dos partidos por «insultar» a jugadores del Marsella.
Como era de esperar, las reacciones no se hicieron esperar en el Estado español. Hasta el ministro de Interior del Ejecutivo de Zapatero, Alfredo Pérez Rubalcaba, salió a defender la actuación de sus agentes. Las imágenes del Calderón mostraron a hinchas franceses golpeados y sangrando.