Visita al Girona
Los jugadores blanquiazules se resisten a hablar de crisis
Labaka quiso echar un cable a su paisano Aranburu, silbado por parte de su afición. Marcos opinaba que la Real debe ser «fiel a su estilo» ante el Girona.
GARA | DONOSTIA
La Real, tras un gran comienzo de liga, ha bajado su rendimiento en los últimos partidos y después de conseguir sólo dos puntos de los últimos doce, los jugadores reconocían ayer que efectivamente existe un «bajón», pero se negaron en redondo a hablar de crisis.
El defensa Mikel Labaka comentaba en su comparecencia ante los medios de comunicación que «si se ganaran dos partidos seguidos todo se vería de diferente manera». Al mismo tiempo, admitía que no tiene explicación para el cambio radical de la imagen de su equipo en los dos primeros meses de campeonato.
Ante todo, el central de Azpeitia negaba que los malos resultados puedan estar motivados por un déficit físico y lo circunscribió todo al ámbito moral que, según afirmó, «es determinante para que se recuperen las fuerzas que teníamos antes».
Asimismo, Labaka aprovechado su presencia para echar un cable a su paisano y amigo Mikel Aranburu, tras los silbidos que escuchó por un sector de la afición en el último partido de Anoeta ante el Xerez. Según lo comentado por el defensa, «duele comprobar la actitud de algunos aficionados» hacia su compañero, pero se mostró convencido de que el capitán blanquiazul «dará la vuelta» a esta delicada situación.
Labaka señalaba también la «gran importancia» que tiene el partido de pasado mañana en Girona para olvidar los últimos reveses y cargar las pilas de moral de toda la plantilla en caso de triunfo.
Rearme moral
Por su parte, Marcos García coincidía con Labaka en la importancia de ganar frente al Girona. En una alocución ciertamente ambiciosa, Marcos afirmó que «a nadie le gusta ni perder ni empatar» y aseguró que una victoria de su equipo pondría muy cerca otra vez el liderato de la división de plata a los de Lillo, que en estos momentos se encuentra a únicamente cuatro puntos. Ello «rearmaría de moral a todo el equipo», destacó.
El jugador cedido por el Villarreal, que está siendo uno de los hombres más utilizados por Lillo en este inicio de temporada, aseguraba que la Real tiene que ser «fiel a su estilo» y jugar como hizo en los primeros encuentros, dominando la posesión de balón.
En cuanto al entrenamiento de ayer, la plantilla realista trabajó en Zubieta con normalidad por espacio de hora y media. Las únicas ausencias fueron las de los lesionados Xabi Prieto y Elustondo, un Ion Ansotegi que trabajó por su cuenta, y el guardameta chileno Claudio Bravo, que sigue concentrado con su selección.