Aunque uno vaya asimilando que cualquier ser humano, incluso uno mismo, es capaz de hacer las cosas más atroces, cuesta no entrar en un estado de estupefacción al ir descubriendo la cara del horror, al ver a unas docenas de individuos detenidos, juzgados y confesos de pederastia. Ciudadanos de edad madura que en sus países de origen son excelentes vecinos, trabajadores irreprochables o comerciantes serviciales, deciden irse a Asia a realizar prácticas sexuales con niños o niñas a cambio de un mendrugo de pan. Es decir abusan sexualmente de niños pobres, lo que hace que su aberración sea una monstruosidad.

El programa de Antena 3 «Tal cual lo contamos», emitió un especial con el título de «Podría ser tu hijo», en donde se nos mostraba le trabajo de una oenegé dedicada precisamente a perseguir a los pederastas, y que cuenta con un detective que lleva varios años siguiendo a estos depravados para intentar meterlos en prisión, cosa que no siempre logra porque en Camboya, la corrupción es tal, que a base de sobornos se puede salir de la cárcel pronto o conseguir unas sentencias muy ligeras, lo que se convierte en una segunda violación para las víctimas. El programa, tanto en lo referente al reportaje como al debate en plató, fue bastante noble en cuanto se alejaba de la morbosidad, existía una sincera posición en contra de estas prácticas tan horrorosas y existía un respeto por las víctimas. Sólo le pondríamos un pero, la aparición de Risto Mejide como reportero. Nos pareció algo oportunista. Pero le concederemos el beneficio de la duda.

Este reportaje coincide en el tiempo con la detención en Canarias de un individuo de aparente vida normal que se ha confesado autor de varios casos de abusos sexuales en los últimos tiempos y parece que se le pueden adjudicar más de un centenar. Es decir, vivimos entre monstruos. Los niños y niñas del reportaje de Camboya eran incluso proporcionados a los pederastas por sus propios familiares más cercanos. Es decir, el hambre es terrorífico y múltipla sus efectos a causa de esos seres incalificables capaces de abusar de cuatro en cuatro niños de apenas diez años. ¡Qué asco!