Oihana Llorente Periodista
Cobayas sin derechos
Los modelos lingüísticos son una cuestión demasiado importante como para anteponer otros intereses» afirmaba hace apenas dos meses Onintza Lasa, la responsable de educación de EA en el Parlamento de Gasteiz. Hasta ahí todo parece normal, ya que el deber del Departamento de Educación es legislar la educación de las siguientes generaciones de Araba, Gipuzkoa y Bizkaia, y por consiguiente, debe garantizar el futuro de nuestro idioma a través de la educación. Y un cometido de este calibre debería pesar en la conciencia de sus responsables. Pero, ¿qué es lo que ha cambiado para que lo que parecía importante ya no lo sea tanto?
La ansiada reforma de los modelos lingüísticos tropezó en primer lugar, con el tándem PP-PSE. Algo que no asombró a nadie. Lo que si desconcierta, y mucho, es la aparición de Patxi López como el gran libertador del euskara.
Más tarde entró en acción el PNV, sin dar la cara y apoderándose de portadas a golpe de filtración en pleno mes de agosto. Una buena forma, sin duda, de debatir sosegadamente sobre la educación de los más pequeños y sobre el futuro de nuestra lengua. Pruebas pilotos. Ése fue el pretexto utilizado para truncar, o por los menos frenar, una reforma ansiada y demandada. Un giro con moratoria técnica que comercia con los alumnos como cobayas de laboratorio.
EA, que debería ser la más interesada en este asunto, no ha dicho ni mu ante el juego sucio de su socio de gobierno, ni siquiera para reforzar su postura. Aseguran que siguen en sus trece, pero mientras tanto, bajo la recurrente «voluntad de consenso», toman nota y redactan un nuevo borrador. ¿Tendrá algo que ver el debate de la coalición en todo esto?
El tiempo se ha echado encima. Es es lo que tiene no preocuparse por los derechos de su pueblo, que al final, los compromisos adquiridos con la sociedad se amontonan a las puertas de las elecciones. Pero, sinceramente, ¿26 años de conculcación de los derechos lingüísticos del alumnado vasco no son ya suficientes? ¿O es que pretenden seguir inyectando pequeñas dosis de euskara para conocer si existen efectos secundarios o malformaciones en el alumnado?