J. M. Álvarez 2008/10/16
La policía más brutal, defendida por los medios y el Gobierno español
Rebelión
Llueve sobre mojado. El lunes, Inglaterra se negó a jugar en Madrid citando los actos racistas del 2004, y ahora la UEFA castiga a un equipo madrileño por «el racismo de su afición y el comportamiento inaceptable de la Policía» (sic), para colmo el presidente de esa organización, Michel Platini se quejó en carta enviada a Zapatero de la actuación policial. Lo sucedido trasciende al fútbol (por eso me hago eco de ello) suscitando la reacción del Gobierno español, sobretodo del ministro del Interior, que con la consigna de «a mi democrática policía que no me la toque nadie», ha defendido la forma de proceder de su gente.
La UEFA dice que los agentes no debieron intentar retirar una pancarta con una calavera, imagen que, aún no se sabe a ciencia cierta, si está prohibida por ese organismo deportivo, pero que vemos profusamente en los carnavales de cualquier ciudad (no entiendo como consideran ese símbolo tan grave esos mismos que permiten a los nazis manifestarse libremente en las calles), además sigue coleando la encarcelación del hispano-francés, Santos Mirasierra. (...)
Independientemente de que los dos principales estadios de fútbol de Madrid sean guaridas habituales para grupos nazis, de que fue en Madrid donde asesinaron a Aitor Zabaleta porque era «un puto vasco», de que se camuflen insultos racistas con el «kun, kun» y de que se cometan agresiones contra minusválidos del equipo contrario, ha tenido que ser una organización deportiva internacional la que denuncie lo que los serviles medios españoles no harán jamás (ahora están alimentando una fobia antifrancesa diciendo cosas como que tienen envidia de los bancos españoles o del presidente Zapatero), que no es sino proclamar, a los cuatro vientos, que la policía española es la más brutal de Europa occidental. Para el entorno europeo, España sigue siendo lo que es, por mucho que disimule: un país marcado por el franquismo. Y esas actitudes represivas no ayudan mucho a ocultarlo.