Al-Sadr insta al Parlamento a rechazar el pacto de seguridad entre Irak y EEUU
El clérigo chií iraquí Moqtada al-Sadr instó ayer al Parlamento, a través de un comunicado leído ante decenas de miles de personas, a rechazar el acuerdo de seguridad que están negociando Irak y EEUU para definir el futuro de la presencia ocupante estadounidense en el país árabe. Al-Sadr asegura que «el Gobierno ha renunciado a sus obligaciones al remitir ese pacto al pueblo iraquí porque es una mancha de vergüenza en la frente de los que lo suscriben».
GARA |
Decenas de miles de seguidores del clérigo chií Moqtada al-Sadr salieron ayer a las calles de Bagdad para protestar contra el acuerdo de seguridad que están negociando los gobiernos de Irak y EEUU para definir la futura presencia de los ocupantes estadounidenses en el país una vez que finalice el mandato de la ONU, a finales de este año. Los partidarios de al-Sadr entienden que el pacto trata de perpetuar la ocupación estadounidense.
El Consejo Político para la Seguridad Nacional iraquí está considerando la propuesta que ha sido negociada durante meses por altos funcionarios de Bagdad y Washington, pero no está garantizado que la apruebe. El borrador del acuerdo indica que las tropas estadounidenses dejarán las ciudades dejarán las ciudades y poblaciones iraquíes para mediados de 2009 y se retirarán completamente para finales de 2011, además ofrece a los soldados ocupantes inmunidad ante la Justicia iraquí. Para los iraquíes, conceder inmunidad total a las tropas y a los contratistas estadounidenses mina sus derechos soberanos. La negociación tropieza desde hace semanas en esta cuestión.
Al-Sadr recomendó ayer al Parlamento que rechace el acuerdo. En un comunicado leído por el jeque Hadi al-Mohamadaui, uno de sus ayudantes, ante las decenas de miles de personas que se manifestaron en respuesta a su convocatoria, señaló que «éste es un mensaje para vosotros, hermanos del Parlamento. El Gobierno iraquí ha renunciado a sus obligaciones al remitir ese pacto al pueblo iraquí porque es una mancha de vergüenza en la frente de los ejecutivos que suscriben este tipo de acuerdos».
Asimismo, asegura en su comunicado que es «un mentiroso quien dice que el acuerdo pondrá fin a la ocupación de nuestro país, o que devolverá la soberanía a Irak. El ocupante permanecerá en sus bases, y el que os dice que (el pacto) os devolverá la soberanía, miente».
La pancarta que encabezó la manifestación rezaba «vete ya, ocupante» y durante la misma se corearon consignas como «vete, vete ocupante», «no, no a EEUU» y «no, no a Satán».
Fuentes policiales indicaron que la marcha, formada por unas 50.000 personas, partió de Ciudad Sadr, bastión del movimiento, y finalizó en la plaza al-Mustansiriya, donde se enarbolaron banderas iraquíes y pancartas que expresaban el rechazado a EEUU y al acuerdo.
«He venido desde Samarra (120 kilómetros al norte de Bagdad) para participar en esta manifestación que muestra el consenso de Irak en su deseo de que las tropas de ocupación de EEUU abandonen el país», señaló un ciudadano que se identificó como Ibrahim Nazami. Agregó que la movilización significa- ba una «posición patriótica. Todos la respaldamos porque necesitamos una postura unificada especialmente en lo que se refiere a asuntos cruciales como la liberación del país»
Por eso, destacó la presencia de árabes y kurdos y de representantes de todas las comundades étnicas y confesionales del país.
El ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Hoshyar Zebari, dijo que los próximos días serán «cruciales» para tomar una decisión en torno a este acuerdo, que el Parlamento deberá ratificar o rechazar porque su texto final «será difícil modificar».
El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, aclaró el viernes a los militares de su país desplegados en Irak que «no hay razón para estar preocupados» por el pacto que negocian Bagdad y Washington y que, entre otros aspectos, contempla la posible retirada del país árabe a finales de 2011 y la persecución a los soldados por los delitos cometidos.
Algunos congresistas han puesto en tela de juicio esta semana si el documento ofrece suficientes garantías a los militares, al entender que podrían ser sometidos a «un proceso judicial injusto».