Primera derrota de Iurbentia Bilbao Basket en La Casilla en la presente campaña
Con plomo en las zapatillas, los de Vidorreta caen en la mediocridad
Carlos Jiménez y Cabezas lideraron a un Unicaja que apretó a partir del segundo cuarto. La Casilla se quejó del arbitraje sobre Weis.
BILBAO BASKET 61
UNICAJA 72
Arnaitz GORRITI | BILBO
Hay días en las que uno no debiera levantarse de la cama o, al menos, no debería enfrentarse a ciertos asuntos. Esos días en los que la dificultad abruma, cada paso es un lastre y la cuesta es empinada hasta lo intolerable. Así fue ayer el Bilbao Basket-Unicaja, un partido con plomo en las zapatillas que se llevaron los de Aíto García Reneses por el simple hecho de jugar mejor o, al menos caer en menor medida en la mediocridad.
Sin embargo, el arranque bilbaino invitaba a la esperanza. Ante un La Casilla expectante, los de Vidorreta salieron a jugar con la lección aprendida: dura defensa, dominio en el rebote y sin abusar del triple. De esta guisa, los diez primeros minutos terminaron 21-15 para los locales, después de una jugada en la que Salgado y Banic conectaron de maravilla.
Pero aquel buen inicio no duraría. Unicaja cerró su defensa interior, cerró el rebote y tuvo en Carlos Jiménez al pionero sobre el que lanzar la reacción malagueña. Mientras, por la parte bilbaina sólo Banic y Pasalic daban la talla. Al descanso, 29-40 tras un parcial de 8-25.
Lío con los árbitros
Lo peor cuando uno reconoce tener un mal día es que, además, tenga que lidiar con «oscuras fuerzas» que hacen el día aún más penoso. El trío arbitral se quiso sumar al festival de juego gris de ayer para mayor mosqueo de La Casilla.
Y es que los colegiados «obsequiaron» con una técnica y otra antideportiva a un Fred Weis inusualmente fuera de sus casillas. Ante el discutible arbitraje -y con el recuerdo de pasados escándalos- la cancha bilbaina apretó, al igual que la vieja guardia de Vidorreta. Entre los robos de Salgado y cierta capacidad anotadora que mostró Lewis, los vizcainos se arrimaron a un prometedor 46-52.
Pero el cuadro bilbaino jamás le ha ganado a Aíto García Reneses, y ayer no iba a ser una excepción. Varias acciones de Cabezas y Kelati volvieron a alejar a los andaluces.
Los últimos minutos fueron un querer y no poder constante. Con faltas, intensidad, robos y hasta triples Bilbao Basket intentó buscar su oportunidad. Pero Unicaja, con Jiménez como principal seguro de vida, supo «llevarse al huerto» un partido que fue suyo a partir del segundo período.