Crónica | Crisis UPN-PP
Sanz tropieza por segunda vez en la piedra de Cervera
El futuro de la relación UPN-PP pasa por unas manos: las del diputado Santiago Cervera. Miguel Sanz mantiene con él una relación de amor-odio: Lo hizo portavoz de su gobierno en 1996 pero lo sustituyó al advertir que aquel cargo se le quedaba corto. Cervera optó luego por cambiar Iruñea por Madrid y desmarcarse de la «política aldeana». Si el jueves desobedece a UPN, la suya será la cara del PP en Nafarroa.
Ramón SOLA
Santiago Cervera Soto tiene sólo 44 años, pero su carrera política ya ha dado muchas vueltas. Fue concejal en Iruñea con 23 años, senador con 28, y portavoz del Gobierno navarro y consejero de Salud con 31. Ahora, en sus manos está refundar el PP en Nafarroa o sentar al menos las bases de otra forma de relación. Todo dependerá del botón que apriete este jueves, en la votación de los presupuestos.
No es la primera vez que Cervera actúa como hijo díscolo. En 1996, recién llegado a la presidencia navarra, Miguel Sanz confió en él como portavoz de su ejecutivo. Sin embargo, tras la primera legislatura optó por relegarlo en favor de Nuria Iturriagagoitia. No hubo explicación del relevo, pero se comentó que los posicionamientos excesivamente autónomos de Cervera habían incomodado a Sanz, y que éste incluso había empezado a percibir al consejero de Salud como una amenaza para su liderazgo en UPN.
En aquella etapa, a Cervera le tocó «lidiar» con el Acuerdo de Lizarra-Garazi y el paralelo alto el fuego de ETA. Repasando sus comparecencias, se advierte que ejerció más como portavoz de Aznar que de Sanz. Así, el 22 de diciembre de 1998 contradijo un comunicado de ETA y afirmó que «sí se está produciendo algún tipo de diálogo con el Gobierno», a lo que añadió que «este gobierno y la Comunidad Foral de Navarra estarán dipuestos a participar de forma activa y comprometida para que esto nos conduzca a una paz definitiva». En aquella rueda de prensa en el Palacio de Diputación Santiago Cervera habló incluso de la opción de que el Gobierno adoptara «medidas de gracia» para la Mesa Nacional de HB encarcelada.
Iruñea-Madrid, ¿con vuelta?
Tras otra legislatura en la que se limitó a ejercer como consejero de Sanidad sin especial perfil político (1999-2003), Cervera optó por continuar camino en Madrid. Aparentemente se trataba de una retirada de la política (ha ejercido como gerente de una multinacional farmacéutica), pero en realidad Cervera ha aprovechado estos cuatro años para estrechar lazos con dirigentes del PP como Ana Pastor y para proyectarse públicamente en labores de «tertuliano» para la Cadena Ser.
Así las cosas, resulta una incógnita el motivo por el que Miguel Sanz lo repescó hace unos meses para liderar la lista al Congreso. Probablemente buscó un perfil intermedio que le permitiera ejecutar la «jubilación de Jaime Ignacio del Burgo sin alterar demasiado a su socio madrileño (Cervera no sólo ha heredado su escaño, sino también la representación de UPN en el Comité Nacional del PP). El caso es que Sanz ha vuelto a tropezar en la misma piedra. Recientemente le preguntaron en una emisora de radio si se arrepiente de haber apostado por él, y su respuesta fue clara: «Sí».
En realidad, los posicionamientos públicos de Cervera ya venían anticipando el previsible desacato a UPN. En el pasado mes de diciembre, afirmaba en ``Diario de Noticias'' que «nunca he creído que UPN tenga que hacer acto de presencia en la política nacional con una política excesivamente localista. No se puede dedicar a hacer política de campanario, ni a hacer una política aldeana. Eso no es propio de un partido serio».
El paso por Madrid, en cualquier caso, no ha atemperado la voracidad política de Cervera. Hace unos meses afirmó que está dispuesto a competir con Yolanda Barcina por la presidencia de UPN si no le convence su proyecto. Y ahora medita si es mejor ser cola de león o cabeza de ratón. El PP sólo podría escenificar una reconstrucción en Nafarroa a partir de Cervera. El resto de sus peones -Del Burgo, José Ignacio Palacios, José Cruz Pérez Lapazarán, Calixto Ayesa...- están de vuelta.