ELA acusa a las haciendas forales de «beneficiar sólo a los empresarios»
ELA cuestiona la desigual distribución de la riqueza en Hego Euskal Herria y acusa a las haciendas forales de «beneficiar sólo a los empresarios», que son los que, cada vez, «se llevan más parte de la tarta, mientras que los trabajadores pierden posiciones». Según los datos ofrecidos, para mantener el mismo nivel de PIB de 1993, cuando se inició la recuperación económica, cada trabajador tendría que haber recibido 3.256 euros más en sus nóminas de 2007.
Juanjo BASTERRA |
Adolfo Muñoz, «Txiki», secretario general adjunto de ELA, Julene Gabiola, representante del Gabinete Técnico, y Mikel Noval, responsable del área Social, presentaron ayer un informe que confirma, un año más, «la desigualdad creciente» de la distribución de la renta entre los habitantes de Hego Euskal Herria.
Según los datos de Eustat a los que hace referencia la central sindical, los sueldos de los asalariados representaban en 1993 el 52,3% del PIB de la CAV, mientras que al cierre de 2007 se redujo al 48,3%, a pesar de que hay más trabajadores en el mercado laboral. Por el contrario, los beneficios de las empresas se han elevado del 38,74% del PIB de hace quince años al 40,9% del pasado. Muñoz señala que esto ha sido posible por «la política fiscal injusta» que se aplica, ya que «regala dinero a los empresarios», lo que es un «escándalo» y una «insensatez».
En este caso, la central sindical destaca que «si la participación de las rentas de trabajo en 2007 fuese la misma que en 1993 se hubiesen repartido entre los asalariados 2.637 millones de euros más, es decir, cada asalariado habría incrementado su sueldo anual en 3.256 euros». Sin embargo, las rentas salariales han bajado y «no han desaparecido, sino que se las han llevado los empresarios, que han aumentado sus beneficios».
Moderación salarial
Como principal conclusión, ELA afirma que «este descenso de las rentas de trabajo en la participación de la riqueza desmonta uno de los argumentos que están siendo utilizados tanto por la patronal como por las administraciones, en concreto nos referimos a las constantes apelaciones a la moderación salarial, haciendo ver que ésta debe ser la aportación que la clase trabajadora debe hacer para afrontar la nueva fase económica».
Adolfo Muñoz explicó que «resulta evidente afirmar que los salarios no han sido los causantes del nuevo ciclo económico. Por lo tanto, lo que no puede ser es que pretendan hacer recaer las consecuencias de la nueva fase sobre la clase trabajadora, y más teniendo en cuenta que este sector, en vez de beneficiarse del crecimiento, ha sufrido una pérdida constante de participación en las rentas de trabajo».
Para ELA, la fase de crecimiento económico entre 1993 y 2007 «ha tenido una repercusión negativa para la clase trabajadora, de forma que la población asalariada ha venido perdiendo peso en la distribución de la riqueza en beneficio de las rentas empresariales y de capital».
«Si en estos últimos 25 años hubiera habido un reparto más equilibrado de la riqueza, no estaríamos así», precisó el responsable de ELA.
Adolfo Muñoz culpó de esta situación a las administraciones públicas porque «han aplicado sucesivas reformas laborales que lo único que han hecho es precarizar el empleo». Como segunda consecuencia, «les han bajado los impuestos a los empresarios, con lo que sus beneficios se han incrementado» y, en tercer lugar, «se han privatizado los servicios públicos, con consecuencias graves para la propia sociedad porque ni han mejorado y, sin embargo, se ha perjudicado la calidad y el empleo en los mismos».
ELA sostiene que en la negociación colectiva va a mantener que «los salarios no sean los paganos de la crisis». La central anuncia que se va a oponer a las reformas de los impuestos y del mercado de trabajo, porque «los empresarios, en la medida que tengan más dinero, van a especular más, y no lo destinan a mejorar las condiciones de trabajo».
«Si la participación de las rentas de trabajo en 2007 hubiese sido la misma que en 1993, se habría logrado 2.637 millones de euros más de ingresos de lo que supusieron. Cada asalariado habría percibido 3.256 euros más al año que, de esta manera, han ido a parar a los empresarios», según señala ELA