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Polémica por los gastos de la exposición en la isla de Garraitz, en Lekeitio


GARA | BILBO

El ayuntamiento de Lekeitio y el escultor Jose Pablo Arriaga continúan con sus disputas con respecto a una exposición de catorce esculturas del artista colocadas en la isla lekeitiarra de Garraitz durante este verano. El escultor, natural de Markina, comunicó ayer su dolor «por no haber cobrado nada de lo acordado con el ayuntamiento de Lekeitio por el montaje de la exposición».

La corporación, por su parte, negó, en otro comunicado, que se comprometiese con el artista ha pagarle nada por montar dicha exposición de esculturas al aire libre, que se inauguró el 23 de junio y estaba previsto que finalice el próximo jueves día 23. Se apunta que el artista conocía de antemano la decisión de no pagarle nada por la muestra desde el año 2006. «De hecho, si el escultor hubiera puesto al ayuntamiento alguna condición económica, la exposición nunca se hubiera realizado», aseguraban fuentes municipales. Al parecer, el municipio daba el permiso para utilizar la isla, mientras que el escultor y la BBK acordaron que la entidad de ahorros financiaría un catálogo a color de 135 páginas. Posteriormente el ayuntamiento se ofreció, siempre según esas fuentes, a mediar entre el escultor y la BBK para conseguir una ayuda económica complementaria, para hacer frente a los gastos de montaje y gestión. Y este debe de ser el motivo de fricción. «El Ayuntamiento de Lekeitio, en su papel de mediador -continúa el comunicado-, ha preguntado recientemente a la BBK si ya ha tomado la decisión de asumir o no los gastos de gestión de la exposición. La respuesta ha sido que la persona encargada de ese expediente se encuentra de baja por enfermedad y la decisión esta en el aire».

«Codicia» del escultor

La corporación afirmó también que «se siente utilizada por José Pablo Arriaga, que está atacando a un Consistorio que siempre se ha portado de manera impecable con él y que ha apoyado su trayectoria desde hace muchos años», a la vez que enmarcaba «sus mentiras y ataques en la codicia del escultor que muerde sin ninguna vergüenza las manos de los vecinos que tanto han hecho por él».

José Pablo Arriaga, escultor y diseñador de muebles, plantó el pasado mes de junio en la isla de Garraitz catorce esculturas inspiradas en el mismo número de países que visitó durante una viaje a África. El Ayuntamiento precisa que subvencionó esta iniciativa a fondo perdido. Las esculturas están realizadas en madera africana de iroco, quemadas en víspera de San Juan y la exposición lleva el nombre de "Therese" en homenaje a la niña que Arriaga conoció cuando navegaba por el río Congo y que falleció en el trayecto.

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