Tres viajes complicados pondrán a prueba la reacción armera
A.U.L. | EIBAR
La victoria frente al Córdoba ha relajado considerablemente la situación del Eibar, que se ve con un colchón de cinco puntos respecto al descenso.
Los azulgranas, además, pusieron fin a la mala racha que les perseguía desde cinco semanas atrás, amén de ofrecer una mejor imagen a la, sobre todo, firmada en Salamanca. Pero, es lo que tiene el fútbol, las consecuencias apenas durarán una semana, más aún teniendo en cuenta el calendario próximo. Sobre todo en lo que a los desplazamientos se refiere, en los que se van a unir campos muy complicados con lo que, de momento, está siendo la principal asignatura pendiente de los eibarreses.
Con tres derrotas en sus tres últimas salidas a las espaldas, el Eibar jugará, a lo largo del próximo mes, en Vallecas, Anoeta y La Romareda. Tres campos que, bien por el objetivo con el que han partido sus titulares, bien por la calidad de sus plantillas, bien porque están protagonizando un gran inicio liguero, se cuentan entre los más complicados de la categoría. Tres duros exámenes, por tanto, para comprobar la verdadera dimensión de la reacción azulgrana.
Desde el equipo se reconoce la dificultad de los envites, aunque tampoco se les quiere conceder mayor trascendencia. «Está todo muy igualado -recuerda Ander Alaña- y se está viendo que a todo el mundo le cuesta ganar. En todos los casos vamos a ir con la idea de sacar el partido adelante».
En lo que respecta al primero de esos choques, el capitán azulgrana admite que el Rayo «tiene un equipazo. Sobre todo en punta, tiene cuatro jugadores de un nivel extraordinario para dos puestos. Y del centro del campo hacia atrás ha mantenido el bloque que consiguió el ascenso. Puede ser uno de los tapados de la temporada», avisó.
El equipo empezará a preparar ese choque hoy mismo, con doble sesión en Mutriku y Eibar.