Una semana de marcha y una noche entera de vigilia en La Paz a las puertas del Congreso Nacional para reclamar un referéndum constitucional que, finalmente, se ha fijado para el próximo 25 de enero. El acuerdo con la oposición no ha sido fácil. Han sido meses de negociaciones y de bloqueo por parte de sectores oligarcas y conservadores contrarios al nuevo texto constitucional, que, por primera vez en más de 180 años, menciona de manera explícita las 36 naciones de pueblos indígenas y atribuye oficialidad a su lengua.

La noticia del acuerdo fue acogida con júbilo entre las casi 200.000 personas concentradas en la plaza Murillo. «En la rebelión de ayer, en la revolución de hoy, muchas felicidades», subrayó Morales al término de su larga intervención.

«A partir de ahora empieza la campaña para aprobar la Constitución y la refundación de Bolivia con el 100%», añadió.

«Si rechazan algunos dirigentes, algunas autoridades cívicas y algún prefecto esta nueva Constitución quiere decir que son enemigos de la patria», afirmó tajante.

Para poder lograr este acuerdo, Morales renunció a un tercer mandato, más allá de su posible victoria en las elecciones generales convocadas para el 6 de diciembre de 2009.

«Renuncié por el bien del país y de este proceso de cambio. Evo no es ambicioso, no tiene intereses», insistió el propio presidente. Esa petición, aclaró, la entiende como «la exigencia de que obreros e indígenas también puedan gobernar Bolivia y no sólo doctores y militares, como pasaba antes».

Su renuncia a la reelección es sólo una de las más de cien correcciones o modificaciones que hicieron los parlamentarios de las cuatro formaciones políticas con representación en el Congreso -el gubernamental MAS, Podemos, UN y MNR- a los 411 artículos del proyecto constitucional aprobado en diciembre del pasado año en Oruro.

Junto al reconocimiento de los pueblos indígenas, Morales resaltó que esta nueva Carta Magna «rechaza la instalación de cualquier base militar extranjera y no perdona a los corruptos, que antes y ahora roban a la nación».

El vicepresidente Álvaro García Linera también festejó la convocatoria del referéndum. «Ahora sí hay garantía de que esta patria no va a ser humillada, ni privatizada, ni abusada».