La ayuda humanitaria de urgencia de la ONU a las víctimas de los huracanes que han asolado Haití se acabará el próximo mes si la comunidad internacional no se moviliza, advirtió el Programa Mundial de Alimentos (PAM).

El programa, previsto para al menos seis meses, necesita 33 millones de dólares pero no ha recaudado ni un tercio.

Un tercio de la población de Haití, 3,3 millones de personas (de un total de nueve) necesitan esta ayuda de urgencia.

La situación es especialmente dramática para los niños, que muestran ya signos de malnutrición.

Antes de que el paso de cuatro huracanes devastara en agosto regiones enteras dejando un saldo de 800 muertos y 300 desaparecidos, el PAM distribuía ayuda a 2,5 millones de personas. Eso no impidió muertes por inanición en abril de 2008.

Actualmente dependen de estas ayudas otras 800.000 personas.

Haití, prototipo de estado fallido en el continente americano, está a merced de todos los elementos, desde los meteorológicos hasta los geopolíticos. Las sucesivas intervenciones occidentales en el país no han hecho sino agravar la situación de Haití, el gran olvidado. Y la situación no hace sino empeorar.