Tomando prestado el «Ni banax Arabacoa» que Joan Pérez de Lazarraga clamó hace casi cinco siglos, una docena de personas de izquierdas y abertzales, muy conocidas por su actividad en diferentes ámbitos de la sociedad alavesa, presentaron ayer a la opinión pública un manifiesto que pretende marcar un punto de inflexión en el presente y en el futuro de este herrialde.

«Ni banaiz Arabakoa» reza este escrito, que tiene su origen en la «preocupación» que sus promotores sienten ante las políticas que en estos momentos están desarrollando las instituciones alavesas, principalmente de la mano del PNV. A este partido, concretamente, le echan en cara que haya excluído por completo cualquier seña de identidad abertzale, euskaltzale o de contenido social en su actuación al frente de la Diputación. A este respecto, quienes ayer comparecieron ante los medios consideran que en temas como la normalización del euskara y la integración administrativa de Trebiñu en Araba, entre otros, la actuación institucional está siendo «totalmente irresponsable». «Consideramos que por motivos de gobernabilidad, el PNV lo que está haciendo es dejar de lado muchísimas reivindicaciones de Araba, porque son reivindicaciones que molestan al PSE», valoró la periodista Amparo Lasheras, que junto al ex juntero Iñaki Ullibarri fue la encargada de tomar la palabra.

A su parecer, lo que debería hacerse desde las instituciones es «una política que constribuya a construir país», algo que no está sucediendo en Araba, donde, de hecho, «se están dando pasos hacia atrás». Por este motivo, este grupo de personas de la izquierda abertzale hace un llamamiento a todos los sectores euskaltzales, abertzales y progresistas del herrialde, y a todos aquellos que no se sienten representados por las políticas desarrolladas por el PNV y el PSE, y «el seguidismo» de EA y Aralar, para «abrir una dinámica de trabajo en común» y dar pasos «firmes y efectivos para hacer frente a las necesidades y problemas que tiene Araba».

En este camino, la primera cita será el próximo día 15 de noviembre, sábado, cuando una manifestación recorrerá las calles de Gasteiz a partir de las 19.00 horas, desde Bilbo plaza.

«Lo que fuimos y seremos»

En el manifiesto se hace referencia a las señas de identidad, tanto de Araba, como del conjunto de Euskal Herria, que están sufriendo «un claro retroceso en manos de las autoridades alavesas». Así, se afirma que «gracias a la labor de miles de personas que aman el euskara, lo han aprendido, lo enseñan y lo utilizan día a día, el euskara sigue siendo de Araba», aunque agrega que para que la lengua vasca crezca y se desarrolle, para que se de una normalización real, «las instituciones de Araba tienen que adoptar medidas concretas, desarrollar planes y realizar inversiones», y se apostilla que «con la actual política lingüística el euskara no puede avanzar en Araba».

También la situación de Trebiñu es objeto de reflexión en este escrito, en el que se sostiene que aunque «es hora de dar pasos en la reintegración» de este enclave en Araba y respetar así la voluntad de las y los trebiñeses, «las instituciones forales siguen dibujando un agujero en el mapa». A este respecto, se considera que la Diputación «tiene que dar impulso a la reintegración de Trebiñu, adoptando compromisos y medidas concretas e impulsando el trabajo entre las diversas entidades locales».

Desde el punto de vista socioeconómico, los redactores del manifiesto opinan que en este contexto de crisis económica, «las instituciones deben desarrollar una política de calidad que garantice los derechos de la mujer, así como de los sectores sociales y la clase trabajadora», frente al «recorte del servicio público y política de privatización que a día de hoy desarrollan». Asimismo, consideran que «la diversidad es nuestra mayor riqueza». «Diversidad entre pueblos y Cuadrillas, culturas, procedencias y colores» explican, antes de censurar que «en lugar de impulsar un desarrollo equilibrado de esta diversidad, multiplican las infraestructuras como fuente de negocio» y sentencian que «los campos de golf, el tren de alta velocidad y las centrales eólicas están uniformizando Araba».

Como quinto punto del manifiesto se expone que «Araba es parte de un pueblo que no olvida su historia». Por ello, quiere homenajear «a los sectores populares combativos». «Tenemos muy presente tanto a las víctimas del 3 de Marzo como al conjunto de represaliados políticos, continuando en la lucha hoy para avanzar en la de mañana».