Dos manifestantes indígenas murieron en Colombia como consecuencia de la represión policial contra una marcha que partió el martes hacia Cali para reclamar tierras y respeto a su autonomía.

Uno de los fallecidos recibió cuatro disparos de bala en la espalda, y según Feliciano Valencia, dirigente indígena, hay otros cinco heridos por disparos de la Policía.

«Responsabilizamos de estos hechos a la fuerza pública, porque los únicos que estaban allí eran miembros del Ejército y el Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía)», declaró Valencia a Telesur.

Mientras, desde Bogotá, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, acusó al dirigente indígena Daniel Piñacué de «incitar a la violencia» y pidió a los jueces que lo investiguen.

Criminalización de Uribe

En los últimos días, Uribe y otros miembros de su Gobierno derechista han criminalizado a los integrantes del movimiento indígena, acusándoles de estar vinculados a la guerrilla de las FARC.

Uribe llegó a exigir a los indígenas que se disculpen con las fuerzas policiales.

La acción policial se registró en la Carretera Panamericana, en el departamento de Valle del Cauca, cuando los manifestantes la recorrían pacíficamente por un costado para no bloquear el tráfico de vehículos.

Los marchistas reclaman el cese de los asesinatos de indígenas y rechazan un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EEUU, que Uribe defiende.