Jasone MITXELTORENA

Nazio Eztabaidagunea está presentando su análisis de 2008 sobre la situación de Euskal Herria, y tal y como indicó el año pasado, la realidad sigue siendo la existencia de un conflicto del que, además, algunos elementos han dejado clara su intención de mantenerlo. Según se señaló ayer, «los estados español y francés son los que toman las decisiones, y los cimientos de Euskal Herria como nación son atacados constamente».

Con todo, subrayaron que «todo el trabajo realizado en apoyo a la autodeterminación y de los derechos colectivos e individuales ha llevado a cierta crisis la situación actual», por lo que apreciaron que «en este momento mucha gente cree necesario algo nuevo, y, por tanto, es posible que conozcamos un cambio». Asimismo, citaron las dinámicas a favor de una educación euskaldun y el proyecto de Euskal Unibertsitatea o la reivindicación de las selecciones vascas para dibujar la lucha por construir una nación, a pesar de que muchas de ellas son atacadas, reprimidas u obstaculizadas. En ese sentido, hicieron hincapié en que «debemos actuar cara a Euskal Herria y no hacia los estados, y generar las condiciones sociales necesarias para la construcción nacional».

Desde Nazio Eztabaidagunea ofrecieron una visión de futuro basado en la construcción, y en ese sentido respondieron a la frustración que puede imperar en la sociedad después del fin del último proceso de negociación: «Lizarra-Garazi dejó sentado que hay que dar voz al pueblo vasco para solucionar el conflicto, y el reciente proceso de negociación ha propuesto una metodología para ello, la de crear dos mesas de diálogo». Así, evidenciaron que con todas las iniciativas se consigue algo.

Planes para el año que viene

Tras la evaluación de la situación, Nazio Eztabaidagunea anunció las líneas de trabajo que se están llevando a cabo y que se seguirán impulsando.

Continuarán con las dinámicas de interlocución en aras de conseguir uno de sus objetivos: la de aunar fuerzas. Y para ello se sucederán las movilizaciones o la creación de espacios donde recabar aportaciones, que estarán abiertos a toda la ciudadanía de Euskal Herria. Paralelamente, seguirán las dinámicas en marcha en clave de construcción nacional: Se centrarán en el proyecto de Euskal Unibertsitatea; continuará la dinámica de «Zazpiak Bat Auzolanean» que busca la solidaridad entre herrialdes, por ejemplo, creando una «Mesa de pesca» que aglutinaría a arrantzales de Bizkaia, Gipuzkoa y Lapurdi; se intentará fomentar en el sector primario una red que ofrezca una relación directa entre agricultores y consumidores; se seguirá construyendo la enciclopedia libre Wikipedia euskaldun; se desarrollará el currículum euskaldun o se impulsará una página web sobre Euskal Herria.

Euskal Unibertsitatea es, seguramente, uno de los proyectos más citados en la actualidad, y ayer se subrayó su importancia como un centro que imparta una educación en euskara y con modelo propio, así como su relevancia para los estudios sobre Euskal Herria, ya que hoy en día ninguna universidad desarrolla esa tarea.

Pequeños, pero más vistos

El foro celebrado ayer en Iruñea tenía como objeto recibir aportaciones, y en ese sentido se escucharon voces interesantes que apuntaban a dinámicas más concretas o de menor envergadura de la que puede tener una nacional. Se puso sobre la mesa que el ámbito económico puede ser decisivo para la soberanía, y, sobre ese apunte, se evidenció que cuando llega la crisis de una buena situación económica, cuando no de abundancia, la ciudadanía reflexiona sobre su capacidad de decidir y gestionar sus recursos económicos, planteándose su soberanía.

Una de las participantes explicó que «detrás del desarrollo económico está lo social», y señaló que existen iniciativas que, sin tener eco mediático, se están llevando a cabo en todos los puntos de Euskal Herria, como pueden ser las dinámicas de relación directa entre productores y consumidores.

Además, consideró que «los proyectos tienen que ser pequeños para que se vean», y que «las dinámicas de barrio aglutinan a muchas personas». Esos proyectos se revertirían, a su juicio, del plano pequeño al grande, obteniendo así un mayor compromiso social.